Otra vez el intento de modificar una serie de leyes que regulan el modelo sindical argentino fracasó por falta de acuerdo entre los distintos bloques, lo que generó el fastidio de los impulsores de las iniciativas. En este caso, se trataba de la idea de cambiar la ley de Asociaciones Sindicales, prohibiendo las reelecciones indefinidas en los gremios. Según las versiones, el gobierno estaba dispuesto a apoyar la propuesta, pero una maniobra del diputado de Encuentro Federal, Miguel Ángel Pichetto, bloqueó el dictamen.
Según se supo, el oficialismo había aceptado aportar sus cinco rúbricas, pero no alcanzó para avanzar. El texto sólo obtuvo 15 firmas de las 31 que tiene la comisión. La decimosexta iba a ser la de la cordobesa Alejandra Torres, de EF, pero a último momento fue reemplazada por Pichetto, quien llegó con la misión de salvar a los gremios. El otro representante de ese bloque en la comisión fue el sindicalista Jorge Ávila, de Chubut, quien tampoco firmó.
En el bloque explicaron que Torres estaba de viaje, pero no faltan sospechas: es la esposa del exjefe de la ANSES mileísta, Osvaldo Giordano, y en las últimas sesiones se movió como una oficialista más. El jefe de la UCR, Rodrigo De Loredo, vinculó la ausencia de la diputada al gobernador, Martín Llaryora.
La maniobra
El diputado Pichetto fue el artífice de la caída del dictamen y mostró una coordinación con Sergio Palazzo, el diputado de Unión por la Patria y líder del gremio de bancarios. “Nosotros no presentamos ningún dictamen. Tiene que juntar 16 firmas”, le dijo Palazzo a Martín Tetaz. En verdad, el diputado había acercado un borrador, pero pidió a sus pares no estampar sus nombres. Pichetto ya había justificado su posición y recordó los cambios a la legislación laboral que se lograron en la ley Bases.
“Vengo a plantear mi rechazo. Este Congreso ha hecho un refuerzo extraordinario, con el abordaje de las primeras relaciones laborales. Hemos eliminado las multas, extendido el período de prueba e incorporado el sistema voluntario (cese laboral). Son tres elementos muy importantes”, argumentó.
Pichetto consideró que “para abordar este tema no alcanza con el debate parlamentario. Hay experiencias de gobiernos que fueron frustrantes. Basta recordar la ley Mucci que fracasó en la primera salida del Gobierno de (Raúl) Alfonsín con esta cuestión”, adujo. Por el bloque PRO avaló la reforma Germana Figueroa Casas. La Libertad Avanza no tuvo oradores. Fue necesario otro cambio: el jefe de la bancada, Gabriel Bornoroni, sustituyó a Pablo Ansaloni, quien proviene del gremio de UATRE. Ninguno quiso decir nada y vieron caer el dictamen sin molestarse.
Intento fallido
Los intentos de reformar el modelo sindical son motorizados por una serie de leyes que se tratan en la comisión de Legislación del Trabajo, que preside el radical Martín Tetaz, quien tenía el despacho listo desde hace un mes, cuando no pudo presentarlo por resistencia de La Libertad Avanza. Ahora, cuando el oficialismo decidió avanzar, apareció este nuevo cambio.
La iniciativa entre otras cosas recorta el poder de los gremios al impedir el cobro compulsivo en los recibos de sueldo y desregular las obras sociales. Además, se busca limitar las reelecciones indefinidas de los secretarios generales, algo que se viene hablando hace mucho tiempo. Todas estas iniciativas ya no podrán tratarse este año.