El Sindicato del Personal de Industrias Químicas y Petroquímicas de la Ciudad de Buenos Aires y Zonas Adyacentes (SPIQYP), liderado por el joven dirigente Facundo Aveiro, selló el pacto del último tramo de la negociación paritaria perteneciente al Convenio Colectivo de Trabajo 790/21.
Este martes 14 los dirigentes gremiales se reunieron en la sede del ministerio de Trabajo de la Nación con los representantes de la Cámara de la Industria Química y Petroquímica para ratificar que han arribado a un acuerdo entre ambas partes. Así, el gremio logró un aumento salarial para el personal nucleado en el CCT 790/21 que ronda en un 105 %, para el periodo comprendido entre mayo de 2022 y abril de 2023.
Según detallaron desde el sindicato, los incrementos son: un 12,5 % a los cinco días de firmar el acuerdo; un 12 % a liquidar con el sueldo de marzo de 2023; y otro 12 % con la percepción del haber del mes de abril de 2023. A su vez, se pactó una suma no remunerativa de $ 20.000 la cual será abonada en dos tramos: $ 10.000 con el sueldo de marzo y $ 10.000 con el sueldo de abril.
“De esta manera, cumplimos el mandato de las bases de mejorar el salario de las y los afiliados químicos y petroquímicos”, expresaron desde el SPIQYP, a través de un comunicado, el gremio que abarca a la mayoría de los afiliados/trabajadores del país.
De la reunión participaron, por parte del sindicato el secretario General, Facundo Aveiro; el secretario de Organización, Alfredo Amaya; y los delegados paritarios. Mientras que en representación de la patronal estuvieron presentes Néstor Bordigoni, Gastón Gayarre, Jorge Maqui, Leonel Verón, entre otros.
Reunión institucional
Cabe mencionar que el pasado 7 de marzo, el secretario General mantuvo un encuentro con la ministra de Trabajo Raquel “Kelly” Olmos con el objetivo de conversar sobre lineamientos estadísticos y balances paritarios interanuales del sector.
Durante la reunión, Facundo Aveiro trasladó a la funcionaria la actual situación que viven las y los trabajadores de la industria Química y Petroquímica, quienes fueron perdiendo capacidad de compra y de capitalización frente a la inflación.
El sindicato estuvo intervenido durante siete meses, hasta que recién a mediados de enero Aveiro reasumió a su cargo. A partir de ese momento, convocaron a la negociación salarial y fue así que mantuvieron varias audiencias en la sede de la cartera laboral sin lograr arribar a un acuerdo.
El sector gremial, durante el 2022, había acordado con los empresarios de una de las industrias más importantes del país un incremento salarial que alcanzó el 63%, lo que impactó en todos los ítems que el trabajador percibe como salario, sumado a un bono de fin de año que estuvo por encima de los $ 58.000.
“Históricamente el SPIQYP fue el gremio insignia a la hora de romper techos salariales impuestos por la patronal química, pero al estar intervenido durante siete meses no hubo otra organización con el peso suficiente ni la capacidad de negociación que el sindicato de Buenos Aires posee”, indicaron desde el sindicato.