La semana pasada, desde la secretaria de Trabajo, que lidera Julio Cordero, informaron que no se homologarán aumentos que superen el 2 por ciento mensual a partir de octubre, lo que puede desatar una ola de quejas y conflictos para el cierre del año. es que muchos dirigentes salieron a criticar la postura del gobierno. Uno de ellos es el cotitular de la CGT Carlos Acuña, que a través de su sindicato de Obreros y Empleados de Estaciones de Servicio lanzó un aviso contundente al gobierno, explicando que la medida incurre en una “ilegalidad manifiesta”.
Enrique Rodríguez, apoderado legal del gremio, fue claro al explicar a surtidores.com.ar: “Si el Estado no homologa los acuerdos salariales, está cometiendo un acto ilícito”. Según el abogado laboralista, la única justificación válida para que la autoridad competente se niegue a refrendar un convenio colectivo es por un incumplimiento normativo. Además, expresó quien fuera ministro de Trabajo que “de ninguna manera, el Poder Ejecutivo puede negarse a firmar un acuerdo entre privados solamente por una intención ideológica o manera de pensar como se demuestra que es este caso”.
Esta noticia generó un estado de incertidumbre que afecta a todos los actores involucrados, porque según el análisis de Rodríguez, los trabajadores ven frustradas sus expectativas salariales, los gremios observan cómo se desdibuja su poder de negociación y los empleadores carecen de la seguridad jurídica necesaria para aplicar los acuerdos alcanzados en las paritarias.
Otros rechazos
Por su parte, Darío Micheletti, secretario general del Sindicato Argentino de Televisión, Servicios Audiovisuales, Interactivos y de Datos (SATSAID) seccional La Plata, sostuvo que ésta "es una noticia más de las que ya estamos acostumbrados hace ocho meses, donde demuestran que la casta son los trabajadores y que los recortes vienen siempre para este lado".
Mientras discute junto a sus compañeros las medidas de fuerza que llevarán adelante, justamente por una de las paritarias que tienen abiertas en el sector, Micheletti explica: "Esto golpea muy profundo, porque hay muchos gremios que vienen muy por debajo de la inflación y llegan a estar 15 puntos abajo. Si el gobierno quiere fijar en el 2 por ciento, la recesión económica será más grande todavía y se verá en las góndolas y en los supermercados, donde la gente se endeuda con la tarjeta de crédito".
Micheletti advierte que SATSAID es "un gremio muy activo y presente en los lugares de trabajo", y que eso le permite ver que "si a un compañero se le rompe el auto o tiene que arreglar la casa, debe sacar un préstamo". "La plata alcanza para el consumo diario, ni hablar para los que tienen criaturas, nadie llega a fin de mes", lamenta.
Críticas bonaerenses
Ante la noticia, Walter Correa, ministro de Trabajo de la provincia de Buenos Aires y secretario general del Sindicato de Obreros Curtidores de la República Argentina (SOCRA), recuerda que "las negociaciones colectivas fueron cercenadas y anuladas durante la dictadura militar". La licuación de los sueldos, las jubilaciones y las pensiones ya es moneda corriente para el Gobierno nacional, y las cuchillas cada vez giran más rápido. En el medio, incluso, y tal como describió Kicillof, Milei anunció que vetará el aumento de las jubilaciones que aprobó el Senado, con la justificación de "defender el superávit fiscal". En cuanto a las paritarias, en una actitud completamente opuesta a la del Ejecutivo nacional, la provincia de Buenos Aires cerró días atrás un acuerdo bimestral con los gremios, basado en un incremento salarial del 4,5 por ciento para agosto y un 4 por ciento más para septiembre. La medida alcanzó a todos los trabajadores estatales, las fuerzas de seguridad y el Servicio Penitenciario Bonaerense.
"El año pasado cumplimos 20 años de tener paritarias, y en la Provincia eso se sigue cumpliendo", subraya el ministro, que remarca que "en Buenos Aires el techo del 2 por ciento no va a estar". Primero por decisión política, pero además porque "el proceso paritario no tiene ni piso ni techo según lo establece la ley", apunta Correa, que agrega: "Las organizaciones sindicales tienen un ejercicio activo en la negociación, y tienen un amplio conocimiento de cada situación, gracias a lo cual llegan a acuerdos, muchas veces, sin la intervención del Estado".