Uno de los principales problemas estructurales que existen en el mundo laboral argentino, es el trabajo no registrado.
Millones de personas que se encuentran fuera del sistema, no cuentan con obra social, con aportes jubilatorios, con derecho a vacaciones y en definitiva; se ven privados de los derechos garantizados por nuestra propia Constitución Nacional en el Art. 14 bis (en especial).
Necesitan respuestas urgentes por parte de un Estado que en relación a esta materia, no viene haciendo mucho al respecto.
Sería muy importante que desde el Ministerio de Trabajo de la Nación (y todas sus sedes en cada provincia), sumado a los Ministerios de Trabajo provinciales, con el apoyo de todas las organizaciones gremiales de nuestra Nación; se articule un ambicioso proyecto de regularización laboral de millones de compatriotas (mujeres y hombres).
Esta acción hay que hacerla, de Norte a Sur, y desde el Este al Oeste, de todo el territorio nacional.
El iniciar este proceso, sería todo un hecho histórico teniendo en cuenta que hasta la actualidad, no ha habido gobierno nacional que se avoque a devolverle la dignidad a quienes se encuentran en esta situación inaceptable, y no cuentan con la ayuda de nadie (por ejemplo de la C.G.T.).
Un gobierno que dice ser peronista, tendría a este tema entre los más importantes de su agenda.
Hablamos de hacer justicia social de alguna forma.
Estoy convencido, de que los sindicatos colaborarían desde su lugar, con las autoridades de la cartera de trabajo.
El ingreso de esa enorme masa de trabajadoras y trabajadores dentro del sistema, importaría entre otras cosas, un enorme ingreso de fondos al sistema jubilatorio nacional, como al que tienen algunas provincias que aún cuentan con cajas jubilatorias propias.
¿Se podrían entonces, mejorar así los haberes jubilatorios que perciben por ejemplo las jubiladas y jubilados de la mínima nacional? Seguramente sí.
Otra medida que se tendría que impulsar desde los tres poderes del Estado, es suspender por varios años nuevas pasantías, nuevos contratos por tiempo determinado, nuevas becas y otras figuras que vienen sustituyendo el trabajo efectivo (de trabajadoras y trabajadores de planta permanente), que de alguna manera directa o indirectamente desfinancian los sistemas jubilatorios nacional y provinciales.
Quienes se desempeñan en los tres poderes del Estado, deben tener su ingreso directo a planta permanente, mediante los mecanismos de ingreso que cada uno de ellos tiene previsto.
Las pasantías, los contratos por tiempo determinado, y las becas, por citar algunas; se terminaron convirtiendo en una forma de flexibilización laboral de hecho.
Argentina debe ordenar su propio mercado laboral.
Hay que intensificar las inspecciones del Ministerio de Trabajo para detectar trabajo no registrado.
Se deben aplicar todas las sanciones legales, que establece nuestro sistema normativo laboral, a quienes tienen a sus dependientes en situaciones laboral no registrada.
Tenemos recursos naturales, recursos humanos, y la capacidad para lograr la creación de nuevas fuentes de trabajo digno y registrado.
Con todo ello, nuestros gobernantes tienen las herramientas también, para reconvertir todos los planes sociales en trabajo genuino y registrado.
¿Hay voluntad política de hacerlo?
Esperamos que nuestra clase gobernante, escuche, tome estas iniciativas que surgen desde el pueblo, para comenzar a trabajar en las soluciones para muchas problemáticas de la clase trabajadora argentina que datan desde hace años.