Desde hace tiempo, existe un sector del pueblo que termina siendo absolutamente postergado y relegado de las distintas medidas gubernamentales, y en la aprobación de nuevos marcos legales: la clase trabajadora.
Estamos hablando de quienes, a través de su incansable esfuerzo, hacen que las ruedas de este bendito país sigan funcionando.
Estamos hablando de quienes gobierno tras gobierno, continúan (junto a los jubilados) siendo la principal variable de ajuste, empobreciéndolos así día tras día.
Estamos hablando de a quienes gobierno tras gobierno, se les pide que continúen haciendo sacrificios, mientras otros se dan la gran vida.
Lamentablemente ninguna trabajadora o trabajador argentino, tiene vida ilimitada para seguir esperando indefinidamente, como pide la política tradicional.
Se nos va la vida esperando...
Cada cuatro (4) años vuelven otra vez el ajuste y los pedidos de seguir haciendo sacrificios; pero en la práctica, los derechos y garantías establecidos por la propia Constitución Nacional no son garantizados en su totalidad a quienes trabajan en nuestra Nación.
La clase trabajadora está siendo postergada y rezagada por todo el arco político, sin distinción de colores.
En algunos casos, es considerada el enemigo por vencer y a quebrar (postura apoyada por sectores acomodados del empresariado, que pretende tener esclavos y no trabajadores).
Cada cuatro (años) en ciertos casos, cambian los partidos políticos gobernantes, pero el abandono permanente a las necesidades de quienes generan la riqueza en la República Argentina, subsiste de forma ininterrumpida.
Hay partidos políticos, que actualmente no ponen en práctica puertas adentro de esos mismos espacios, una palabra que pregonan en su conjunto hacia afuera en lindos discursos: democracia.
Pero llegados los procesos electorales tanto legislativos como ejecutivos, no hay internas verdaderas como las de antes.
Terminan siendo candidatas y candidatos los mismos de siempre.
Personas que vienen ocupando diferentes lugares en política (como si se tratara de otra carrera más).
Familiares y amigos, son los candidatos impuestos en varios espacios políticos partidarios.
Hay candidatas y candidatos, que no demuestran el por qué deben estar en esos lugares o qué méritos tienen para estar allí.
¿Qué partidos políticos en la actualidad, ponen en práctica sus propias doctrinas?
Cada uno sabe la respuesta…
Frente a los acontecimientos actuales y otros que datan de hace décadas, creemos que es tiempo de alcanzar el sueño, de una clase trabajadora como opción política.
¿Te imaginás, por ejemplo, que bueno sería que el próximo Intendente, sea una trabajadora o un trabajador municipal?
Qué bueno sería lograr tener en todos los Concejos Deliberantes, Legislaturas y hasta en el propio Congreso de la Nación, a representantes legislativos con un importante número de bancas y que provengan de las filas de la clase trabajadora.
El planteo no apunta a que sean Secretarias o Secretarios Generales de Sindicatos exclusivamente.
Apunta a que sean también trabajadoras y trabajadores de las propias bases, que en definitiva son los que mejor saben que problemáticas de los activos requieren respuestas urgentes, porque son quienes las padecen en primera persona.
Existen miles de mujeres y de hombres que provienen de las filas de los trabajadores, con una enorme capacidad, formación, experiencia y compromiso social.
Qué bueno será iniciar este proceso para tener en algún momento los gobernantes legisladores, que el pueblo trabajador y en general se merece, en un país con innumerables recursos naturales, en un país que tiene uno de los territorios más grandes del mundo, en un país que tiene capacidad para alimentar a cientos de millones de personas, y en un país con un potencial que debería ubicarnos entre las principales potencias mundiales.
Este proceso ya se está iniciando desde Córdoba, por parte de una nueva Agrupación denominada Intersindical Argentina, que entiende que la clase trabajadora no debe seguir encolumnándose detrás de los partidos políticos existentes.
Es tiempo, de iniciar este proceso no solo por todos nosotros, sino también por las futuras generaciones.