Hace dos años, el 11 de noviembre de 2021, los cerca de 4 mil trabajadores de Garbarino que estaban en conflicto con la empresa comenzaron a recibir telegramas de despidos, que se concretaron esos mismos días. Desde hacía meses que estaban reclamando por los salarios caídos, y por la continuidad laboral. Pero la firma comparada por Carlos Rosales dio un paso más y dejó en agonía la que fuera la principal vendedora de electrodomésticos del país.
A partir de allí, los cesanteados comenzaron un largo peregrinar en la justicia para lograr que se reconozcan esos salarios, que incluyen vacaciones y aguinaldos, y que se termine con el vaciamiento, que afirman se hace con cierta complicidad de las autoridades judiciales que tiene la causa de la quiebra.
Por estas horas, la sindicatura volvió a recordar que el acuerdo para pagar parte de lo adeudado no se está cumpliendo, y pide al juez que tome medidas al respecto. Para este aniversario, el grupo de despedidos emitió un comunicado contando su situación.
Al cumplirse dos años de los despidos masivos, el grupo de Trabajadores de Garbarino en Lucha recordaron lo que están pasando en este tiempo, y volvieron a pedir por su situación. “Se cumplen dos años del despido de más de 3.800 trabajadores de forma indiscriminada compulsiva de las y los trabajadores de Garbarino”, recordaron en un comunicado publicado en redes sociales.
En este sentido, remarcaron que “perdimos mucho, perdimos a nueve compañeros y compañeras que ya no están con nosotros y sus familias esperan cobrar algo de la vida que dejaron a esa empresa sus seres queridos, igual que el resto de las y los compañeros”.
Para este espacio, en este tiempo “nos costó mucho llegar hasta acá, juntos y organizados. No falta mucho. Sabemos que muchos compañeros y compañeras quieren bajar los brazos o lo hicieron porque tenemos todo en contra”. Además, remarcaron que la situación “nuestra lucha es mirada como estos empresarios, los Rosales, Garbarino destrozó la vida de miles y miles de trabajadores despidiéndolos sin indemnización, y nadie paga, nadie se hace cargo”.
Para los trabajadores, este aniversario llega con el reclamo renovado de que paguen los salarios adeudados, y que la quiebra parece la única solución. “Garbarino se maneja con impunidad”, le dijo a Data Gremial Gabriel Yapura, referente del grupo de cesanteados. Si bien en esta fecha hay cierto pesimismo por la falta de respuestas, el ex empleado se mantiene firme en sus pedidos: “No se baja los brazos y se sigue la lucha en las calles sin darnos por vencidos luego de dos años de lucha”.
En este tiempo, recordó Yapura, se sufrieron muchas pérdidas, incluyendo la muerte de al menos ocho ex trabajadores de la empresa. La última se dio en febrero de este año, cuando se conoció el fallecimiento de Cristian Rodríguez, quien según difundieron desde el grupo que forman los despedidos, sufrió un accidente cerebrovascular (ACV).
La muerte de Rodríguez es la octava de un trabajador de la firma, lo que genera impacto. A mediados de año se conoció el caso de Cristian Loyola, que se quitó la vida recientemente, que puso de manifiesto el problema que viven algunos de los despedidos de la firma, que recién a fines del 2022 pudieron expresar sus reclamos cara a cara al empresario Carlos Rosales, dueño de la empresa. Otro de los casos conocidos es el de Gabriela Molinero, quien falleció en noviembre de 2021 por una leucemia.
Novedades
En cuanto a la causa que entiende en la quiebra de la empresa, se supo que se mantiene el pago del “pronto pago”, a partir de los fondos que todavía recauda Garbarino y que debe servir para abonar los salarios de los empleados que todavía quedan en actividad en las cuatro sucursales que sobrevivieron a la crisis, y los despedidos. Estos últimos vienen denunciando que se están recibiendo cifras irrisorias por este sistema, que no superan los 100 pesos mensuales.
Ahora, Yapura adelantó que hay problemas con los empleados activos. “Están pagando por semana a los que están activos, pero no alcanza a completar el sueldo, entonces se está acumulando deuda con ellos también, además de los despedidos que seguimos reclamando que nos paguen”, sostuvo.
Ante esto, la sindicatura general le envió un documento al juez de la causa Fernando D’alessandro donde remarca que el sistema de pagos que se vienen desarrollando “no se cumple ya que lejos de incrementarse la actividad abriéndose dos locales en forma mensual, lo ingresos lucen cada vez más magros”. “Estas sindicaturas continuarán llevando a cabo el prorrateo conforme lo normado aun cuando la labor resulta absolutamente antieconómica en orden al esfuerzo (no remunerado aún) que irroga a los suscriptos, al Juzgado y al Banco de la Ciudad de Buenos Aires y el nulo beneficio para los acreedores laborales”, agregó el texto, al que tuvo acceso Data Gremial.
Ante esto, Yapura explicó que “es muy interesante el informe de la Sindicatura General, donde hace referencia a las bajas de empleados y a quienes paga el pronto pago”.
En cuando a los activos, profundizó, “se resalta que se les paga a unos de 60 empleados de los 200 que están en la nómina”.
Además, Yapura informó que los locales de Compumundo de Garbarino “se está facturando productos de la empresa, y esos fondos no entran en el ‘pronto pago’, lo que hace que se paguen cifras ridículas, como 30 pesos por mes”. “La última vez que hablamos con el juez nos dijo que van a seguir pagando ese 3 por ciento de lo que se recauda, y no alcanza para nada, es una nueva cachetada para los trabajadores. Es más gasto de Banco que lo que paga a los cesanteados”, insistió el referente de los despedidos.
Largo conflicto
En estos dos años, los despedidos fueron recibidos una sola vez por la justicia, cuando pudieron verse con Rosales cara a cara. Además, vienen denunciando el posible vaciamiento, ya que muchos activos de la firma, que podrían vender y engrosar los “pronto pago”, no se están teniendo encuentra, o se intentas desviar para otros fines. Este año, se vendieron por primera vez cinco vehículos de la flota de la empresa, para poder engrosar esos ingresos. Pero esa modalidad no se volvió a realizar.
En tanto, en el último Día del Empleado de Comercio se movilizaron del Obelisco a la sede del juzgado que entiende en la quiebra, para reclamar que haya medidas para evitar este vaciamiento. En septiembre pasado, un cesanteado decidió viajar al centro de la Ciudad de Buenos Aires para visibilizar la situación que vive.
Se trata de Sebastián Peralta, que llegó desde San Nicolás y directamente se encadenó en el Obelisco. “Garbarino no paga”, dice la bandera colgada por el ex empleado que muestra el marco de angustia y desesperación que viven los miles que están en su misma situación. Además, hubo una marcha virtual para visibilizar la situación de los ex trabajadores.