Alarmante: más de 900 trabajadores mueren cada día en el mundo por accidentes laborales

Son datos oficiales del último reporte de la OIT. Además, 2.600.000 más fallecen por enfermedades relacionadas a sus tareas.  En el país, luego de una meseta por la pandemia aumentan los accidentes.

Esta emana, la justicia de la Ciudad de Buenos Aires condenó a dos jerárquicos del subte porteño por la muerte de Diego Martínez, quien falleció en el 2012 por electrocución en las instalaciones del taller de Congreso de Tucumán. El caso se volvió un emblema de los problemas en materia de seguridad laboral en ese servicio de transporte, que fueron reiteradamente denunciadas por el gremio del sector. Como Martínez, en el país y el mundo todos los días mueren muchos trabajadores, y otros enferman, lo que genera alarma entre los especialistas. Los nuevos datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) son escalofriantes: por día, 912 obreros y obreras pierden la vida en accidentes en sus lugares de trabajo. Además, unas 2.600.000 personas mueren por enfermedades laborales, lo que aumenta notablemente este número, que a nivel global creció un 5 por ciento desde el 2015 a la fecha.

La agricultura, la construcción, la silvicultura y la pesca y la industria manufacturera son los sectores más peligrosos, destacó la OIT, que plantea una serie de medidas a los países miembros para frenar esta situación. En la Argentina, una entidad lleva una estadística paralela de los incidentes, que califica como “asesinatos laborales”.

Los datos de la IOT fueron presentados esta semana en Sídney, Australia, en el marco del 23º Congreso Mundial sobre Seguridad y Salud en el Trabajo. Allí, la entidad analizó junto a expertos de todo el mundo de su reporte “Un llamamiento en favor de entornos de trabajo más seguros y saludables”, donde se confirma que 330 mil trabajadores mueren cada año en accidentes laborales, es decir, 912 por día. Además, “alrededor de 2 millones y medio de personas mueren al año por enfermedades relacionadas con el trabajo”.

Este asciende a casi 3 millones las víctimas fatales. Estos trabajadores están relacionados “en su mayoría con enfermedades cardiovasculares (32,3 por ciento), y en otra proporción se deben a neoplasias malignas o tumores (27,5 por ciento), dolencias respiratorias (14,2 por ciento) y las heridas en accidentes de trabajo (11,2 por ciento)”. Sobre las causas, la OIT explicó que “la exposición a largos horarios es uno de los principales riesgos laborales que pueden llevar a fallecimientos relacionados con el trabajo”, siendo el mayor la exposición a “más de 55 horas semanales”, la más peligrosa, a la cual se le contribuyeron 744 mil muertes en 2016. Otros problemas que se observan son “la exposición a partículas, gases y humo en el aire (450 mil fallecimientos en el año estudiado), a asbesto (209 mil), o a silicio (42 mil)”.

Según los datos recabados por la entidad laboral, la mortalidad laboral “es mucho mayor en hombres (108,3 casos por 100 mil trabajadores) que en mujeres (48.4 casos), e indica que un 63 por ciento de estos fallecimientos se concentran en la región de Asia-Pacífico, también la que tiene una mayor población activa en el mundo”. “La agricultura, la construcción, la silvicultura y la pesca y la industria manufacturera son los sectores más peligrosos, con 200 mil lesiones mortales al año, lo que representa el 63 por ciento de todas las lesiones profesionales mortales”, agregó el informe, al que tuvo acceso Data Gremial. En concreto, “una de cada tres lesiones profesionales mortales en todo el mundo se produce entre los trabajadores agrícolas, según el informe”.

Amenaza bajo tierra

En cuanto a los datos en el país, los últimos disponibles son del 2021, y luego de una retracción en la pandemia, la siniestralidad aumentó. Según los datos de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT), en ese año el sistema de riesgos del trabajo cubrió un promedio total de 9.608.617 trabajadoras y trabajadores y se registraron 318.067 accidentes de trabajo y enfermedades profesionales. “En 2021 fallecieron 314 trabajadoras y trabajadores por accidentes laborales y enfermedades profesionales”, afirmó la entidad, con un índice de incidencia “de 34,6 casos mortales en ocasión de trabajo cada millón de personas cubiertas”.

Cada año, los accidentes laborales se cobran la vida de centenar de trabajadores, como sucedió en 2012 con Diego Martínez, técnico de mantenimiento del subte de la Ciudad de Buenos Aires, que en marzo de ese año murió electrocutado en los talleres de Congreso de Tucumán. El caso volvió a la agenda mediática cuando hace unos días dos jefes del sector fueron condenados por la muerte. Según confirmaron desde la Secretaría de Salud Laboral de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subtes y Premetro (AGTSyP), Walter de Sanzo y Gabriel Rizzo fueron condenados a dos años y medio y dos años respectivamente por la muerte de Martínez. En ambos casos se los acusó de homicidio culposo.  

Si bien desde el gremio expresaron su satisfacción por la condena, afirman que siguen pidiendo por mejores condiciones laborales que eviten este tipo de situaciones. “Pasaron más de 10 años, y en el día de hoy seguimos encontrando cables en las soldadoras sin aislación, cómo la que electrocutó a Diego Martínez”, le dijo a Data Gremial el titular de la Secretaría de Salud Laboral, Francisco Ledesma. En la actualidad el subte es uno de los lugares con más siniestralidad del país, no sólo por los accidentes. Como recordó Ledesma, hay tres empleados muertos por enfermedades vinculadas al asbesto, el material cancerígeno que reclaman sea retirado.

Propuesta de la OIT

En el plano global, además de presentar las tendencias actuales la OIT anunció una nueva Estrategia Mundial de Seguridad y Salud en el Trabajo para el periodo 2024-2030, con el objetivo de “promover, respetar y hacer realidad progresivamente el derecho fundamental a un entorno de trabajo seguro y saludable”, destacó la organización en un comunicado.

La estrategia descansa en tres pilares: “mejorar los marcos nacionales de seguridad y salud laboral, reforzar la coordinación, la asociación y la inversión en esta materia, y optimizar los sistemas de gestión en los lugares de trabajo, adaptándolos mejor a riesgos específicos de cada ocupación”.

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