En un reciente plenario de secretarios generales, la dirigencia de CONADU analizó la situación de la docencia universitaria, que en 2024 fue uno de los focos de resistencia a las políticas del gobierno de Javier Milei. Con dos marchas multitudinarias, el sector se movilizó con dos reclamos como bandera: mejoras salariales y más presupuesto para garantizar el normal funcionamiento de las casas de estudio. Para este año, todo hace pensar que el panorama no será mucho mejor, ya que se mantienen las restricciones en el envío de recursos, y la política de aumentos para docentes y nodocentes se mantiene bajo el techo de las paritarias oficiales. Entre las resoluciones del gremio, se facultó a sus referentes a llevar a la próxima reunión del Frente Sindical de Docentes Universidades –que forman todas las entidades del rubro –la propuesta de un paro nacional, de dos a tres días. La iniciativa será tratada por los integrantes del espacio, y hay fuertes indicios que será aprobado por todo el frente. En este contexto, los gremios manejan datos sobre la pérdida salarial, y se estima que esa caída es cercana al 70 por ciento, la más grande de la historia. El paro podría comenzar el 17 de marzo, cuando debe iniciar el ciclo lectivo de la educación superior.
La idea de la dirigencia de CONADU para que el Frente Sindical de las Universidades Nacionales convoque a un paro de entre 48 y 72 horas el próximo 17 de marzo, en conjunto con los estudiantes y otros sectores de la comunidad educativa, con el resto de las federaciones nacionales, crece entre las entidades. La idea será debatirlo en conjunto en la próxima cumbre del espacio, que forman gremios docentes y nodocentes. “Nos reuniremos este jueves para analizar lo que puede pasar este año, y cómo afrontar las actuales circunstancias”, le dijeron a Data Gremial una fuente del Federación de Docentes de las Universidades (FEDUN). La reunión tratará la baja delos salarios y el ahogo presupuestario al que el gobierno de Milei somete a la educación superior. “La idea es sumarnos a la medida de fuerza, de 48 horas como una posibilidad concreta”, agregó la misma fuente consultada. Lo mismo sucede con el resto de las organizaciones, que se sumarán a la discusión para lograr un acuerdo mayoritario sobre la forma en que se lanzará el nuevo plan de lucha.
En tanto, FEDUN realizó este martes un plenario de delegados para consensuar postura, y si bien el paro no fue parte de las resoluciones, la idea es “apoyar en unidad” las nuevas protestas. En tanto, la dirigencia de la entidad que lidera Daniel Ricci expresó “unánimemente la preocupación por el deterioro salarial de los trabajadores universitarias, teniendo”, y marcaron que “esta pérdida de más de 70 puntos del poder adquisitivo que sufrieron durante el 2024 y que en enero y febrero quedó en evidencia cómo el gobierno nacional continúa deteriorando mes a mes los ingresos”. Además, denunciaron “la disminución del presupuesto universitario, dado que, pese a la inflación, se pretende prorrogar el del año pasado; la caída en los fondos destinados a Ciencia y Tecnología; la paralización de todas las obras universitarias; y la disminución y el congelamiento de los montos de las Becas Progresar”. FEDUN consideró que hay que convocar para esta jornada de lucha a las flamantes autoridades de la FUA –entidad que nuclea a los universitarios –para “establecer una posición en común entre todo el sistema universitario y científico, para hacer frente a las políticas de ajuste del gobierno nacional”.
Salarios complicados
El principal reclamo de los docentes y nodocentes universitarios para este inicio del ciclo lectivo es los bajos salarios, y esa baja del 70 por ciento de pérdida que contabilizó FEDUN y el resto de los gremios. “Luego de una pérdida de más del 70 por ciento del año pasado, el gobierno de Milei pretende que nuestro salario se siga deteriorando”, alertan desde el gremio, que mostraron datos de esta caída. Según un cuadro comparativo, el diciembre del año pasado, con una inflación del 2,7 por ciento, se otorgó al sector un incremento del 1 por ciento. En tanto, en enero del 2025, con la inflación en baja -2,2 por ciento según el INDEC –el incremento para el sector fue del 1,5 por ciento. Finalmente, este mes los sueldos de docentes y nodocentes universitarios crecerá un 1,2 por ciento, casi con seguridad por debajo del IPC.
Ante esto, el plenario de FEDUN concluyó que “resulta lamentable que mientras en el Estado, en el sector privado, y en los sectores productivos se pierden empleos, el presidente de la Nación se dedique a promocionar una criptomoneda de timba financiera”. “Es indigno para un presidente, mientras el aparato productivo se deteriora gravemente, llamar a los argentinos y las argentinas a la especulación y la ludopatía”, agregó el documento final. Desde el gremio “se llama a todos los argentinos y las argentinas a reconstruir una sociedad inclusiva, donde la centralidad sea dada por el trabajo, donde haya un desarrollo productivo que se asiente sobre las bases del incremento de la inversión en Ciencia y Tecnología y no sobre la especulación financiera”. En tanto, se espera que el ciclo lectivo inicie con medidas de fuerza. En la UBA, el gremio FEDUBA realizó una consulta para tal efecto, con amplio respaldo a la medida de fuerza que luego propuso al resto del frente la CONADU.
Baja presupuestaria
Para este año, además de una baja salarial si se mantiene esta tendencia el 2025 se presenta como otro año complicado para el presupuesto universitario. Si bien no hubo consenso para aprobar el proyecto de presupuesto elaborado por el gobierno, los datos presentados en el Congreso confirmaron que la gestión libertaria mantiene la educación superior lejos de sus prioridades. Según se supo en su momento, Educación y Cultura en el PBI alcanzará en esa propuesta 2025 “un nuevo récord negativo”, pasando de 0,91 a 0,88 por ciento, mientras que “el de Ciencia y Tecnología quedará congelado en el ya insignificante 0,22 por ciento”. Así lo marcó un informe del Instituto de Estudios y Capacitación (IEC), del gremio CONADU, que estableció que en el rubro Universidades en particular, el presupuesto prevé que “las transferencias lleguen a 0,51 por ciento del PBI, el nivel más bajo de los últimos años, incluso por debajo del que se prevé alcanzar este mismo año 2024 (0,53 por ciento), reducción a la que se suma además el presupuesto que llegaba a las universidades nacionales desde otros organismos distintos la actual Subsecretaría de Políticas Universitarias”.
En el análisis de la composición del presupuesto previsto para la SPU, el informe destaca que “se prevé un incremento de la porción que se dirige a gastos de funcionamiento, inversión en hospitales universitarios y otros programas, mientras que se reducirá la parte destinada a los salarios, lo que demuestra que el ajuste se concentrará principalmente en los ingresos de los docentes”. “Esto profundiza la línea exhibida por el gobierno desde que asumió en diciembre de 2023, momento desde el cual los docentes han perdido aproximadamente un cuarto de su poder de compra, pérdida que está por encima de la que sufrió el resto de la clase trabajadora”, agregó el reporte. El otro rubro que recibirá un golpe sustantivo son los fondos para becas, que aparecen congelados a los mismos valores de 2024, con lo cual “se reducirán casi un 64por ciento en términos reales con respecto a 2023”. Respecto a los programas de desarrollo universitario, “si bien se anuncia para 2025 una inversión de 200 mil millones de pesos (el 5 por ciento del presupuesto de la Secretaria de Políticas Universitarias), hay muchas dudas respecto a cuál será el destino final de esos recursos, dado que en lo que va de 2024 apenas se ejecutó el 9,6 por ciento de los fondos disponibles para estos programas”.