El Secretario General de ATE y la CTA Autónoma Córdoba, Federico Giuliani, reflexionó sobre la actual crisis política y social en el país, destacando la necesidad de transformar la resistencia en una herramienta para la construcción de un nuevo proyecto político. En un contexto marcado por el ajuste, la pobreza y la precarización, Giuliani remarcó: “La grave crisis de representación política que hay en el campo popular. Claramente hay un hartazgo hacia la política tradicional, hacia una forma de construir alejada de la realidad del pueblo trabajador. La gente siente que no la escuchan, que no la hacen parte de las decisiones, por eso hay que militar abriendo la cancha para que todos puedan ser parte de lo que viene”.
El dirigente subrayó que, aunque el momento actual exige resistencia para enfrentar los embates del ajuste, es crucial pensar más allá del presente: “Más allá de que estamos en un proceso de resistencia que significa no perder el trabajo, no perder salarios, organizar el territorio para enfrentar el hambre, combatir este modelo de ajuste, entrega y saqueo, como movimiento obrero tenemos que ser claros en que el desafío es construir lo nuevo. Incluso aún en etapas de resistencia se pueden construir las herramientas de un nuevo tiempo”.
La importancia de la unidad popular
Giuliani también rememoró los aprendizajes del pasado reciente: “En el 2001 dijimos que se vayan todos, creamos las condiciones de insurrección popular y no se fue ninguno, volvieron todos. En este contexto, lo que nosotros pensamos es que al menos debemos generar las condiciones de lucha y movilización popular eficaces para terminar con la pesadilla de Milei y protagonizar una nueva representación política que ponga a los trabajadores al frente de un Proyecto de Emancipación Nacional”.
El desafío, según Giuliani, radica en lograr una amplia unidad entre diversos sectores sociales: “El desafío va a ser construir esa máxima unidad entre trabajadores ocupados, no solamente del sector público sino también privado, trabajadores registrados y ‘en negro’, trabajadores desocupados que están en las barriadas populares sosteniendo con las ollas en los comedores y merenderos el hambre de nuestro pueblo, trabajadores jubilados que con su lucha consecuente son el faro que nos guía, y hay que hacer un gran esfuerzo para juntarse con otros sectores que hoy son castigados por las políticas de ajuste a nivel nacional, provincial y municipal”.
En esta línea, resaltó la importancia de incluir a otros actores sociales afectados: “Hablo del pequeño comerciante, los pequeños y medianos productores, los inquilinos, el movimiento cultural, el movimiento feminista, el movimiento ambiental, todos aquellos espacios que creemos que una nueva sociedad se puede parir a pesar de estar en una etapa de resistencia. Y para eso hay que dejar de lado los personalismos, los individualismos, los sectarismos, porque no va a haber una salida sectorial o parcelada, va a ser una salida colectiva y como pueblo”.
La calle como espacio de resistencia y transformación
Giuliani enfatizó que la calle sigue siendo un espacio vital para la lucha popular: “Nos parece fundamental no perder el norte de la calle, el ámbito natural para que no perdamos derechos es la calle enfrentándonos a este proceso de represión que plantea el Gobierno Nacional pero que en algunas provincias ya lo hemos sufrido como en el caso de Córdoba. Esa práctica de ilegalizar la protesta social en Córdoba tiene ya su laboratorio, lo venimos denunciando y repudiando hace tiempo”.
Finalmente, concluyó con un llamado a construir desde las bases, con una visión solidaria y transformadora: “Con la resistencia no alcanza si no hay una iniciativa política que confronte a fondo con el modelo extractivista-dependiente. Por eso planteamos que hay que resistir pero construyendo un proyecto político. La construcción es desde abajo hacia arriba, desde la periferia al centro, desde los espacios territoriales en cada lugar, articulando con los que no se resignan, respetando las identidades, con un programa coherente, unificado, solidario y con vocación de poder”.
Las declaraciones de Giuliani reflejan una profunda crítica a las estructuras actuales, pero también una apuesta por la acción colectiva como herramienta para enfrentar los desafíos que atraviesan los sectores populares y construir un futuro más justo y equitativo.