Hace unos días, las autoridades de la UBA anunciaron que declararon la “emergencia presupuestaria”, por las enormes dificultades que te trae a la principal universidad del país el recorte de recursos que comenzó cuando Javier Milei llegó a la presidencia. La política de ajuste sobre los giros de recursos para la educación superior generó una multitudinaria marcha a mediados de abril, la cual no logró pese a su gran convocatoria torcer el rumbo de la política libertaria para el sector, que al cierre del primer cuatrimestre dejó secuelas muy importantes, al punto que muchos rectores y funcionario alertan sobre las dificultades que se darán en la segunda parte del año. esto hace que los gremios de docentes y nodocentes estén en alerta, ya que el pago de salarios se lleva en estos momentos gran parte de los recursos que llegan, por lo cual bajar los giros es “una baja salarial directa”. Fue tan grande el recorte, que en junio la categoría “universidades nacionales” fue la segunda más ajustada, con una baja superior al 95 por ciento comparado con el mes anterior.
Un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) explicó cómo hizo el gobierno para lograr superávit fiscal durante el primer semestre del 2024. La entidad puso el foco en los recortes que se hicieron en las transferencias, durante el mes de junio, y descubrió que entre las más importantes están las que dejó de hacer a las universidades nacionales. Según el trabajo, al que tuvo acceso Data Gremial, “la transferencia de fondos a las universidades bajó un 95,1 por ciento”, como parte del plan de reducción del gasto público del gobierno de Milei. En junio, se aprecia que 13 de los 16 componentes del gasto público tuvieron descensos en términos reales. Según el IARAF, los tres rubros que subieron fueron el gasto en asignaciones universales para la protección social (38 por ciento), subsidios a otras funciones (20,6 por ciento) y prestaciones del INSSJP (7,6mpor ciento). En tanto que, los gastos que más cayeron fueron: transferencias de capital a provincias (-97,5 por ciento), Transferencias a universidades (-95,1 por ciento) y subsidios a la energía (-81,2 por ciento).
“La proyección tiene uno de sus fundamentos en el fuerte ajuste que recae sobre las universidades nacionales y que, de hecho, está poniendo en riesgo el inicio del segundo cuatrimestre, por la falta de acuerdo salarial con los docentes y no docentes de las casas de estudios superiores”, alertó el IARAF. En el mismo se mencionó que “si bien el gobierno de Javier Milei otorgó los fondos para que las universidades sigan funcionando (los llamados ‘gastos de funcionamiento’, que representan el 10 por ciento del presupuesto total de las casas de estudios superiores), aún resta definir los salarios de docentes y no docentes, que representan el 90 por ciento de esos fondos”. De acuerdo al análisis de la ejecución presupuestaria que hizo el instituto para el mes de junio, surge que los ingresos totales tuvieron una variación interanual real negativa de 15 por ciento. El informe indica además que “los ingresos tributarios descendieron un 12 por ciento y la baja de los ingresos no tributarios fue de un 40 por ciento en términos reales”. En tanto que, “el gasto primario descendió un 35 por ciento interanual real”. Como resultado, el déficit primario se transformó en un superávit primario de 488 mil millones de pesos. Además, el IARAF señala que el gasto en intereses “bajó 30,4 por ciento en términos reales respecto al mismo mes del año pasado”. En efecto, “el déficit fiscal se convirtió en un superávit fiscal de 238 mil millones de pesos”.
¿Empieza el segundo semestre?
Con estos números, la situación de los salarios de docentes y nodocentes es totalmente incierta. El último ms la secretaría de Educación explicó un aumento de forma unilateral del 4 por ciento, sin llamar a paritarias, lo que aumentó el malestar en el Frente Sindical de Universidades Nacionales. Luego de lanzar un plan de lucha en marzo, en abril tuvo lugar la multitudinaria marcha de la comunidad educativa, que algunas ubican en el tope de movilizaciones en la Ciudad de Buenos Aires. luego hubo acciones en las universidades en mayo y junio, pero sin paros. Ahora, los miembros del espacio analizan comenzar protestas al reanudarse las clases, y algunos gremios consideran que el no inicio de clases es la medida más contundente.
En este sentido, fuentes del gremio mayoritario CONADU le confirmaron a Data Gremial que el último plenario de delegados nacionales analizó esta posibilidad, y le puso fecha tentativa: 72 horas en el inicio del segundo semestre. Además, se plantea “una nueva marcha universitaria en septiembre”. La entidad se refirió a la declaración de “emergencia presupuestaria” de la UBA, y marcó que “incluye a todos los trabajadores y trabajadoras del sector, incluyendo docentes y no docentes, profesionales de la salud y tareas vinculadas a investigación y extensión universitaria”. El acuerdo de las autoridades de la universidad con el gobierno fue de un incremento del 270 por ciento de los recursos, los cuales desde CONADU afirman “no alcanza” para garantizar el cumplimiento de las obligaciones del segundo cuatrimestre.
Panorama general
Los datos del IARAF, con base a lo que informa el INDEC, incluyen un análisis semestral, donde se destacó que “durante los primeros seis meses del año, los ingresos totales cayeron un 5 por cito real, mientras que el gasto primario descendió un 32 por ciento interanual real”. Como resultado, el superávit primario asciende a 7 billones de pesos, “lo que equivaldría a un 1,1 por ciento del PBI”. Además, en el acumulado semestral, el informe del IARAF marca que los gastos que más cayeron fueron: Transferencias de capital a provincias (-98 por ciento), Inversión real directa (-75,4 por ciento) y Transferencias corrientes a provincias (-75 por ciento), registrando las mayores caídas interanuales en términos reales, es decir descontando la inflación acumulada.
En tanto, del análisis de la legislación tributaria de 2024, se identificó “la existencia de 155 diferentes tipos de tributos a lo largo de nuestro país”. Entre estos tributos se encuentran impuestos, tasas, contribuciones y derechos. “Para poder realizar una clasificación seria de los tributos en sus distintas versiones, se requiere un estudio profundo del funcionamiento de cada uno de ellos. Esto obedece a que, si bien a priori una tasa no es un impuesto, si el monto cobrado excede el valor de la contraprestación puede considerarse que tiene una parte impositiva. En efecto, lo que sí puede afirmarse es que al menos existen 61 impuestos claramente definidos al considerar los tres niveles de gobierno”, concluyó el IARAF.