El próximo 25 de septiembre, los despedidos de Garbarino se movilizarán para reclamar por los sueldos y liquidaciones adeudadas. El enojo de los más de 3.800 ex empleados sigue creciendo, en especial porque el “pronto pago”, el mecanismo acordado con la justicia para recibir todos los meses dinero que achique esa deuda, hace un tiempo deposita sumar ridículas, como los 113 pesos del mes de julio. Ante esto, se reactivó el plan de lucha, que tendrá en la nueva marcha su punto álgido.
En este contexto, un cesanteado decidió viajar al centro de la Ciudad de Buenos Aires para visibilizar la situación que vive. Se trata de Sebastián peralta, que llegó desde San Nicolás y directamente se encadenó en el Obelisco. “Garbarino no paga”, dice la bandera colgada por el ex empleado que muestra el marco de angustia y desesperación que viven los miles que están en su misma situación. Desde el Grupo Trabajadores de Garbarino en Lucha, que nuclea a muchos de ellos, apoyan la medida, acompañan a Peralta en esta protesta, y no descartan hacer un acampe en el lugar para respaldar al trabajador.
Desde la madrugada de este lunes Peralta se encuentra encadenado a una de las rejas del Obelisco porteño, pidiendo que la firma de electrodoméstico pegue lo adeudado. El ex empleado de la sucursal 132 de San Nicolás tomó esta medida drástica ante la falta de respuesta a los pedidos de todos los despedidos, buscando visibilizar esta situación “desesperante”. “Estoy en medida de fuerza, huelga de hambre y encadenado para reclamar lo que me corresponde de mis salarios caídos”, le dijo a Data Gremial Peralta, mediante un audio enviado desde su lugar de protesta. El pedido concreto es que Garbarino “me pague la indemnización que corresponde por 12 años trabajadores”.
La decisión se tomó, según explicó, porque “estoy sin trabajo, mi esposa quedó desocupada hace un mes, y estoy muy desesperado por mi familia”.
En este tiempo, los despedidos de Garbarino cobran lo que se llama “pronto pago”, que es la distribución de fondos que produce la firma con sus cuatro locales que aún funcionan, más alguna venta online o ingresos excepcionales, como la venta de vehículos de la flota de la empresa autorizadas por el juez este año. Pero en los últimos meses los pagos son muy bajos, y alcanzan sumas absolutamente mínimas, como en julio. Ante esto, el síndico Martín Alejandro Stolkiner, que presentó un escrito ante el juez de la quiebra, y analizó cómo se hace el depósito del “pronto pago”.
“Se reitera que las sumas depositadas y cuyo prorrateo se efectúa resultan sumamente limitadas”, explicó el funcionario judicial en su texto, publicado por Data Gremial. “Es claro entonces que los presupuestos y objetivos indicados por las autoridades de la concursada en la audiencia del 13 de diciembre de 2022 no se cumplen ya que lejos de incrementarse la actividad abriéndose dos locales en forma mensual, lo ingresos lucen cada vez más magros”, insistió Stolkiner.
Respaldo
Una vez conocida la decisión de Peralta, desde el grupo que reúne a los despedidos se puso en alerta, para acompañar la medida. “Nuestro compañero tomo la decisión de encadenarse al Obelisco debido a la falta de pago de la empresa, no solo la indemnización sino además sueldos, obra social descontada y no pagada, jubilación igual descontada, algo que sucedió durante más de un año y que no tiene solución”, dijo Gabriel Yapura, referente del grupo de cesanteados. Ante la consulta de Data Gremial, recalcó que una vez conocida la idea “se lo intentó calmar, contener, y lo vamos a acompañar porque según nos dijo está en una situación límite”. Por eso, desde este espacio adelantaron que van a ir organizando “una logística para que haya al menos una carpa en estos días de protesta”.
Según manifestó el propio Peralta, la idea es estar dos o tres días en el lugar, y si bien el ex trabajador tomó la decisión personalmente, en el grupo se discute la posibilidad de acompañarlo en este reclamo. “Estamos trabajando para darle un poquito de comodidad, estar al lado de él y poder respaldar esta acción de lucha”, recalcó Yapura, que no descartó sumar un acampe para hacer más visible el reclamo. En este sentido, el referente se quejó de la inacción de Garbarino “una empresa que incumplió con todos los derechos que puede tener un trabajador, un caso gravísimo que dejó a muchas familias en la calle, 3.800 con problemas económicos enormes”.
Decisiones drásticas
La medida de Peralta es una de las más drásticas en este tiempo, donde muchos ex empleados sufrieron mucho el proceso de reinserción laboral. De hecho, se estima que al menos ocho despedidos murieron en este tiempo, víctima de enfermedades o quitándose la vida. La última se dio en febrero de este año, cuando se conoció el fallecimiento de Cristian Rodríguez, quien según difundieron desde el grupo que forman los despedidos, sufrió un accidente cerebrovascular (ACV).
La muerte de Rodríguez es la octava de un trabajador de la firma, lo que genera impacto. Hace dos semanas se conoció el caso de Cristian Loyola, que se quitó la vida recientemente, que puso de manifiesto el problema que viven algunos de los despedidos de la firma, que recién a fines del 2022 pudieron expresar sus reclamos cara a cara al empresario Carlos Rosales, dueño de la empresa. “Con él, van siete compañeros que perdemos por diferentes motivos y que no tiene sentido nombrarlos ahora, pero sí decir que el detonante de tales situaciones tiene nombre: Garbarino, y es por no pagar”, dijo en una carta abierta Yapura en ese momento. Uno de los casos conocidos es el de Gabriela Molinero, quien falleció en noviembre de 2021 por una leucemia.