En su afán de sostener la pauta salarial bajo el techo del IPC, el gobierno nacional adelantó que mantendrá su política de contención en la paritaria de los empleados nacional, que vienen sufriendo de aumentos insignificantes, como denuncian desde ATE. Esta idea se va pasando a otros sectores donde el gobierno debe negociar aumentos, como pasó en las empresas de trenes o las universidades nacionales. En este último caso, los ingresos de docentes y nodocentes estuvieron muy por debajo de la inflación, según la dirigencia sindical. Esto disparó las dos grandes marchas del 2024, y promete volverse un foco de crisis para el año que comienza. En este sentido, hace unos días el gremio mayoritario declaró el “estado de alerta y movilización”, por la falta de respuesta a los pedidos de reabrir la discusión delos ingresos. En este punto, se difundieron datos sobre la pérdida salarial y se anunció que el retroceso de los salarios superó el 70 por ciento, lo que hace pensar que la relación con el oficialismo será compleja.
En medio de las vacaciones, CONADU –gremio mayoritario de la docencia universitaria –se declaró en “estado de alerta y movilización”, luego de un encuentro nacional de dirigentes y delegado. El plenario se realizó para definir “las acciones ante la inminencia del comienzo de clases”, y elaborar un informe donde se confirma la pérdida salarial del sector. “La situación salarial del sector docente ha tenido una pérdida del 71,5 por ciento desde diciembre de 2023”, indicó el informe elaborado por representantes de los 21 gremios de base de la entidad. Ante estos números, el trabajo al que tuvo acceso Data Gremial recalcó que “para mantener el poder adquisitivo del mes de noviembre 2023 se debería haber cobrado con el salario de enero un aumento de 34,3 por ciento sobre diciembre último”. “Como los aumentos han estado siempre por debajo de la inflación, la pérdida significa el valor de cuatro salarios y medio mensuales. Es decir, trabajamos gratis todo ese tiempo”, criticó el trabajo. Desde 2016 al presente “la tendencia de los salarios fue hacia la baja” remarca la organización gremial.
Ante esto, el plenario resolvió “declarar el estado de alerta y movilización y la emergencia salarial en las universidades nacionales y la realización de consultas en los sindicatos de base sobre el no inicio de las clases, con mandato explicito para un nuevo plenario a realizarse el 24 de febrero próximo, para delinear un plan de lucha”. En la declaración también figura “la urgente constitución de la Paritaria Nacional Docente y la inmediata restitución de los salarios adeudados desde hace un año a las y los docentes de la Universidad Nacional Madres de Plaza de Mayo, y el cese de la violación a su autonomía establecida por la Ley de Educación Superior”. Así las cosas, explicaron, “se avecina otra fuerte disputa de la comunidad educativa universitaria frente a políticas publicas regresivas. Nada nuevo. Nada que sorprenda”
Plan de lucha
El malestar por esta situación atraviesa a todo el sector universitario, que formó el Frente Sindical de Universidades Nacionales para coordinar la lucha de docentes y nodocentes contra el ajuste libertario. En este punto, se espera que primero las entidades que forman el frente comiencen a discutir con sus bases para luego llevar una postura conjunta. Esta es parte de la estrategia de CONADU Histórica, que suele tener posturas más duras respecto a la situación del sector. “El próximo jueves 13 tenemos plenario de secretarías generales”, le confirmó a Data Gremial la titular del gremio, Francisca Staiti.
“La pérdida salarial está alrededor de ese número y lo advertimos a finales del año pasado que peligraba el normal inicio de actividades en las universidades nacionales”, dijo la referente sindical, que coincidió con los datos suministrados por CONADU. “Sin aumento salarial en enero y aún sin convocatoria a paritarias”, agregó Staiti.
A fin de año, los dirigentes de CONADU Histórica se reunieron para evaluar el año en materia de lucha por los salarios y los recursos necesarios para sostener la atención universitaria. “La docencia universitaria, desde las primeras medidas gubernamentales en diciembre del 2023 hasta la fecha, ha llevado adelante una lucha ejemplar, en unidad, junto al sector nodocente, el movimiento estudiantil y al Consejo Interuniversitario Nacional (CIN)”, explicaron desde el gremio. “La construcción del gran frente universitario protagonizó la defensa de la universidad pública y tuvo capacidad de convocar transversalmente a todo el pueblo argentino a ese gran cometido”, recalcaron.
La lucha por los salarios, por el presupuesto para garantizar las condiciones de trabajo y estudio, por las becas y medidas de bienestar estudiantil, por las obras sociales, “condensó en la lucha por la universidad pública, de calidad y con capacidad de intervenir en la solución de los grandes problemas de nuestro país”. “Frente al proyecto de ajuste, privatización y vaciamiento que propone el gobierno nacional hemos defendido una universidad pública de calidad, inclusiva y al servicio de las grandes mayorías populares”, concluyó CONADU Histórica.
Más alumnos
Pese al golpe que generó el ajuste libertario, para este año se espera que haya más alumnos que en 2024, lo que genera sorpresa, y un desafío para las universidades que deberán sostener las actividades con menos recursos. “Se cortaron becas, programas de investigación, se frenaron obras, las tarifas de luz ya se cuentan en millones de pesos”, describió un informe de la Universidad Nacional de Hurlingham, que asegura que a pesar de estas cuestiones, la crisis socioeconómica y los aumentos en los costos de vida, “las juventudes siguen viendo a la universidad como la posibilidad de crecer y desarrollarse”.
Así lo demuestran los números de inscriptos en 2025 en las instituciones de educación superior, algunas que incluso registraron records. El trabajo, al que tuvo acceso Data Gremial, confirmó “una expansión notable de la matrícula del sistema universitario nacional, el cual se multiplicó por 7,5 entre 1983 y 2022 mientras que la población argentina se multiplicó por 1,5 en el mismo periodo”.
Así, agregó el reporte, “la proporción de la población argentina con estudios universitarios pasó de representar apenas el 1,2 por ciento al inicio de la democracia al 5,5 por ciento en la actualidad”. De la misma manera que “en el ámbito de la educación obligatoria, la matrícula universitaria en Argentina corresponde mayoritariamente al sector de gestión estatal”. Actualmente, las universidades nacionales concentran el 80,2 por ciento de la matrícula del nivel, alcanzando a más de 2 millones de estudiantes.
La Argentina se destaca porque “posee, junto con Bolivia y Chile, la tasa de asistencia neta más alta de la región: 41 por ciento”. La tasa de asistencia de Argentina se ubica “10 puntos porcentuales por encima del promedio para la región (30,5 por ciento), duplica la tasa de Brasil (20,2 por ciento), supera en cerca de 15 puntos porcentuales a Uruguay (26,3 por ciento), en 13 a Colombia (27,6 por ciento) y en 8 a México (33,6 por ciento)”. En segundo lugar, el país es, detrás de Uruguay, “el país con mayor proporción de estudiantes del nivel superior matriculados en el sistema de gestión estatal: 77 por ciento”. Mientras que en nuestro país 8 de cada 10 estudiantes de la educación superior concurren a instituciones públicas, en México lo hacen poco más de 6 de cada 10, en Colombia 5, en Brasil y Perú algo menos de 3, y en Chile apenas 1,6 de cada 10 estudiantes son cubiertos por el sistema estatal.