Según estimaciones de la provincia de Buenos Aires, en las próximas semanas el valor del transporte público en la zona metropolitana del AMBA subiría hasta un 60 por ciento, por los recortes realizados por el gobierno nacional. A la baja de subsidios se le suman otras medidas que impactan en el valor de los servicios, como la baja de la Red SUBE, que desde septiembre dejará de tener la exclusividad en el pago de los pasajes, eliminando algunos beneficios como lo descuentos por viajes en período de menos de dos horas. Esto tiene un fuerte impacto en el bolsillo de los trabajadores, que desde el inicio de la gestión de Javier Milei pagan más caro para moverse en la zona. Esto además tiene repercusiones en la cantidad de pasajeros transportado, en especial en subtes y colectivos, según la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (AAETA). Según la entidad, estos dos servicios experimentaron “una fuerte caída de hasta el 24 por ciento en el último año”, mientras que parte de esa baja fue compensada por el ferrocarril, aunque en forma leve, según la cámara empresaria.
El boleto de colectivos subió del 600 por ciento (se multiplicó por siete en siete meses), para que el Estado aporte menos subsidios y tuviese un ahorro fiscal del 31 por ciento hasta julio. En el caso de los subtes, el valor del pasaje quedó muy por encima de los colectivos. La tarifa es de 650 pesos, un 75 por ciento arriba de los 371,13 pesos de los colectivos. Esto hace que la caída detectada por AAETA, cámara empresarial que agrupa a las líneas de Metropol, el grupo más grande después de DOTA, es del 24 por ciento en lo que va del año. En tanto, la cantidad de pasajeros que utilizan el tren crece 4,2 por ciento. El gobierno anunció que desde septiembre dejará de subsidiar a las 31 líneas de colectivos que operan solamente en la Ciudad de Buenos Aires y el "boleto integrado" o Red SUBE, que permite acumular descuentos en las tarifas al hacer un segundo o tercer viaje dentro de las dos horas de iniciado el ciclo.
En lo que va del mes, “la cantidad de pasajeros promedio de los colectivos en el AMBA los días hábiles descendió un 5 por ciento interanual frente al mismo período de 2023”, y pasó “de 10.226.719 el año pasado a 9.686.761 el actual”, según el trabajo de AAETA. Los datos corresponden a la primera quincena de agosto, hasta el día 18. La situación repite “una tendencia de los últimos meses, cuando en junio y julio la retracción en la cantidad de pasajeros había sido del 4 por ciento interanual”. En el acumulado de los primeros siete meses de 2024, tomando en cuenta los sábados, domingos y feriados, “la cifra desciende al 8 por ciento interanual”, según los datos del Sistema Único de Boleto Electrónico (SUBE) recopilados por el economista Rafael Skiadaressis.
La caída en el uso del transporte público va en paralelo al nivel de actividad económica: según el INDEC, “en mayo la economía creció un 2,28 por ciento interanual, pero solo por el rebote del sector agropecuario frente a un 2023 con sequía”. La también detectó que en la tercera semana de este mes, después del aumento del 37,5 por ciento en las tarifas, hubo un “ligero incremento en la cantidad de pasajeros transportados por día con relación a la semana anterior, por lo cual no se verifica un impacto negativo esta vez”.
Baja y evasión
Según el análisis de AAETA, el desplome de la cantidad de pasajeros en la zona del AMBA se explica por varias razones: “La baja obedece a una combinación de crisis económica, aumentos de tarifas y la generalización del home office como modalidad de trabajo pospandemia”.
Para los gremios del sector, el tema está íntimamente ligado a la suba del valor de los distintos boletos, por la actual política del gobierno nacional. “Efectivamente nosotros notamos esa caída de pasajeros por el aumento de la tarifa”, sostuvo Roberto Pianelli, titular de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subterráneo y Premetro (AGTSyP). El gremio viene alertando sobre las malas condiciones en la que se encuentra el subte en general, y cómo impacta la crisis en el sector, con menos pasajeros, menos frecuencias y problemas en las estaciones.
Además, Pianelli le dijo a data gremial que vienen notando otro fenómeno vinculado con la crisis del transporte público: “La evasión”. “Esto lo está viendo la empresa y todo el mundo, que es como la gente no puede pagar la tarifa y busca la manera de pasar sin abonar el pasaje”, agregó.
Por eso, Emova contrató “unas personas de traje que no hacen seguridad, porque está prohibido, pero están ahí para generar una especia de intimidación, porque sino la gente abre las puertas o tira el molinete y pasa”. De entrada, recordó el dirigente, “la caída llegó al 40 por ciento, cuando la empresa puso este tipo de personal se mejoró un poco, y se ubica al 24 por ciento, que es gente que abandonó el transporte público porque no puede pagar la tarifa”.
Menos servicios
La crisis del sector se completa con una noticia alarmante: Las empresas de colectivos del AMBA informaron que aumentarán la reducción en la frecuencia de los servicios nocturnos y de fines de semana a partir de septiembre. La medida está relacionada al conflicto existente entre los gobiernos nacional, bonaerense y porteño por la responsabilidad del financiamiento de los subsidios al transporte en el territorio metropolitano.
Mediante un comunicado firmado por AAETA, la Cámara Empresaria del Autotransporte de Pasajeros (CEAP), la Cámara de Transporte de la Provincia de Buenos de Buenos Aires (CTPBA), y la Cámara de Empresarios Unidos del Transporte Urbano de Pasajeros de Buenos Aires (CEUTUPBA) alertaron que la continuidad de los servicios está en riesgo por “la falta de acuerdo entre las jurisdicciones” sobre la cobertura de los subsidios a las líneas.
Además, las empresas piden por la “falta de actualización de la estructura de costo utilizada para calcular subsidios y el sub-reconocimiento en cálculo de subsidios de costo de inversión en coches”, respecto al que denuncian que existe una “brecha mayor al 100 por ciento”.
El documento empresario expresó que “si bien desde el 12/8/24 se ajustó la Tarifa en 37 por ciento, se recuerda que esto es un mecanismo que utiliza el regulador para ahorrar subsidios, por lo que no tiene impacto sobre las economías de las empresas”. En este sentido, detalló que “entre tarifa y subsidios los operadores recibimos 862 pesos promedio por viaje, lo cual lejos está de cubrir las necesidades de inversión que demanda un sistema del tamaño del AMBA, con las responsabilidades civiles que ello conlleva”, señalando que “esta crisis no es nueva”, sino que “se agravó a la salida de la pandemia, y no logra recomponerse, por eso los usuarios perciben un servicio cada vez peor mientras paradójicamente pagan más”.
Ante el escenario descripto, las empresas indicaron que “no hemos logrado comunicaciones eficaces con las autoridades, de manera de prever cómo garantizar los servicios el mes que viene ante eventuales quitas de subsidios que no sean compensadas con tarifa, ante la falta de acuerdo entre ellas. Por tal motivo desde la semana que viene se reducirán los servicios en horarios nocturnos y fines de semana, para evitar una parálisis mayor”. Está decisión implica un aumento en la reducción de los servicios que ya se viene aplicando en los últimos meses, lo que se refleja en que “ya se perdieron 5 por ciento de las frecuencias, cifras que se irán incrementando”, según puntualizan los empresarios.
En este contexto, también peligran los puestos de trabajo de los colectiveros ya que las empresas aseguran que “no podremos garantizar continuidad de fuentes laborales, hasta tanto se resuelva cómo y quién paga por este transporte que emplea a 50 mil trabajadores, que moviliza casi 10 millones de pasajeros diarios, y cuya tarifa cubre solo un 20 por ciento del costo real, medición que invitamos a cualquier investigador independiente para que evalúe”.