En muchos aspectos, la llegada de Javier Milei al poder cambió las estructuras del país. en el sector laboral, la desregulación y el ajuste del gasto público transformaron la dinámica de producción, abriendo una nueva matriz económica.
El aumento de la desocupación, todavía en índices bajos, es una parte de este cambio, que hace que a futuro se abran inconvenientes de cómo el mercado de trabajo reaccionará ante las nuevas demandas.
En este sentido, la gestión libertaria fomentó la informalidad, a través de uno de los elementos que viene creciendo en los últimos años: el monotributismo.
De forma contraria, el trabajo formal viene cayendo, y hoy se encuentra en niveles alarmantes. Así lo dicen los datos oficiales que fueron difundidos en los últimos días, y que forman parte del balance del primer año de gobierno de La Libertad Avanza.
“El sistema de Seguridad Social muestra una cobertura de apenas el 28,7 por ciento de la población”, dice un reciente reporte de la Subsecretaría de Seguridad Social, que muestra cómo es el empleo en la era Milei: baja registración, fomentada por la reforma laboral que trae la Ley bases, aumento del trabajo “en negro” y de los empleados autónomos.
Los datos oficiales demuestran que el empleo formal registrado “no para de caer, mientras aumenta la informalidad”. En los primeros nueve meses de la gestión de Milei, el mercado laboral argentino mostró “una profunda transformación con una marcada caída del empleo formal en relación de dependencia y un incremento de trabajadores independientes”.
Según datos de la Subsecretaría de Seguridad Social, “entre noviembre de 2023 y agosto de 2024, se perdieron 254.764 empleos bajo relación de dependencia, mientras que los registros de monotributistas y autónomos aumentaron en 284.390 personas”.
La disminución del empleo formal “afectó principalmente al sector privado (-146.962), seguido por el público (-80.698) y otros regímenes provinciales y municipales (-27.104)”. En contraste, el sector de casas particulares registró un leve incremento de 16.258 empleados. “Estos datos muestran un avance de la precarización laboral, ya que los trabajadores independientes suelen tener menores ingresos, menos derechos y escasa cobertura previsional en comparación con los asalariados formales”, señala el informe oficial, al que tuvo acceso Data Gremial.
El análisis interanual (agosto 2023-agosto 2024) también refleja una caída general de aportantes al sistema de Seguridad Social, con una disminución neta de 28.237 personas.
Según el informe, “los asalariados del sector privado experimentaron una reducción de 138.999 (-2,3 por ciento), mientras que los del sector público cayeron en 73.487 (-4,9 por ciento)”. Por su parte, “los monotributistas aumentaron en 186.837 (7,8 por ciento), y los autónomos sumaron 18.129 personas (5 por ciento)”.
Un indicador alarmante es el crecimiento del empleo informal. Según el INDEC, los “asalariados sin descuento jubilatorio pasaron del 35,8 al 36,7 por ciento entre el tercer trimestre de 2023 y el mismo período de 2024”. Esta tendencia refuerza la fragilidad del mercado laboral y su impacto en la población. En cuanto al régimen de asignaciones familiares, “en agosto de 2024 se registraron 9,7 millones de beneficiarios, pero con una baja significativa en términos interanuales”.
Las prestaciones por hijo para trabajadores formales “cayeron en 427.842 casos, mientras que los hijos de monotributistas perdieron 9.248 beneficios”. “Esto refleja la contracción del empleo formal y la migración hacia modalidades laborales más precarias”, destaca el informe.
Fraude laboral
El tema de los monotributistas lleva años creciendo en la Argentina, y se volvió un problema ya que muchos gremios consideran su existencia un “fraude laboral”, ya que en la mayoría de los casos esconde la relación laboral. Según datos del primer semestre del 2024, hay más de 4 millones de trabajadores en condición de monotributistas, y el Estado es el mayor empleador que utiliza este sistema. En su momento, el monotributismo explicó la baja del desempleo. Según los datos que relevó Luis Campos, investigador del instituto de Estudios y Formación de la CTA Autónoma, “el 21 por ciento de los ocupados registrados a septiembre era monotributista”.
En 2012, representaban el 14 por ciento de la masa de empleo formal. La tasa de informalidad se mantuvo entre 35 y 40 por ciento en todo el periodo.
En principio, el abanico de reformas laborales que inició el Gobierno y que busca continuar no significó ningún boom. Si el Ejecutivo esperaba que los empleadores comenzaran a blanquear trabajadores, los dos primeros meses de blanqueo significaron el registro de apenas 2033 empleos que antes estaban en la informalidad.
Con la cristalización del monotributismo (un trabajador independiente puede tener hasta tres a cargo) y la eliminación de las multas por empleo informal, parece haber otras herramientas para subirse a la recuperación de la actividad económica, todavía tenue y heterogénea.
Desde ATE-INDEC, que realizan informes anuales respecto de la situación del empleo en el estado nacional, vienen advirtiendo que la situación de los “monotributistas públicos” es peor que los propios estatales. “La situación de los trabajadores monotributistas justifica el constante reclamo de ATE de regularización contractual, ya que en su caso, a la pérdida del poder adquisitivo general, se le debe sumar la no percepción de medios aguinaldos, presentismo y las exiguas sumas fijas que el gobierno otorga como paliativo”, explicaron a Data Gremial desde la Junta Interna del organismo.
“Tomando un salario neto mensual actual de 584.230 pesos han acumulado una pérdida que alcanza la suma de 3.065.346 pesos, esto es el equivalente a 6, 1/5 meses de honorarios en los últimos 84 meses”, resaltaron, con datos de octubre de este año.
Cobertura médica
En tanto, el aumento histórico de este tipo de contratación generó una bomba para las obras sociales, que hasta antes de la asunción de Javier Milei estaba obligadas a atender a este tipo de trabajadores, a partir de la transferencia del componente de seguridad social del pago de sus obligaciones.
Pero esos valores no alcanzan para sostener la atención, como vienen alertando las entidades de salud de los gremios. La llegada dela gestión libertaria trajo una desregulación que entre otras cuestiones permitió a las prepagas recibir aportes de salarios directamente, algo que se cerró para monotribustistas.
Para esto empleados, desde el 1° de diciembre comenzó a regir el Decreto 955/24 del gobierno nacional, publicado el pasado 25 de octubre en el Boletín Oficial, que crea el registro especial de prestadoras de salud que los aceptan. Desde que entró en vigencia el nuevo régimen, sólo se anotaron 19 obras sociales y ninguna prepaga.
A partir de este mes, aquellos monotributistas que hagan aportes a la seguridad social deberán elegir entre una de las 19 obras sociales que ingresaron en el registro para derivar sus aportes. Si bien el decreto establece la apertura del registro a las entidades prepagas, hasta ahora no lo ha hecho ninguna.
Como explicación surge que el monto de aportes de los monotributistas no alcanza a representar un cuarto del Plan Médico Obligatorio (PMO), que deben ofrecer las entidades de salud a sus afiliados. Tampoco se han registrado hasta el momento obras sociales sindicales, ni las de personal de dirección.
Cabe destacar que aquellos monotributistas que ya contaban con una obra social, no deberán cambiar su prestadora sin importar si se encuentra registrada o no. El pasado 1° de diciembre también se creó el Registro Nacional de Agentes del Seguro (RNAS), en el que ya se inscribieron más de 300 prestadoras de salud, dónde sí ingresaron las obras sociales sindicales y las prepagas más importantes del país.