La dinámica inflacionaria que comenzó a gestarse luego de la asunción del presidente Javier Milei descolocó a propios y extraños. La suba de los precios desde el 10 de diciembre fue de la mano de la eliminación de controles y acuerdos logrados en la anterior gestión, generando un efecto avalancha en toda la economía. La gestión libertaria lo justifica a través de los “incrementos reprimidos”, pero lo cierto es que el IPC mostró niveles similares al escenario hiperinflacionario.
En este contexto, los gremios saben que las paritarias serán claves para intentar sostener el poder adquisitivo, en un contexto de conflictividad creciente, que la semana que viene tendrá un punto alto, con el paro de la CGT y el resto delas centrales obreras. En este contexto, las primeras discusiones incluyeron metodologías conocidas, pero tiempos mucho más cortos, que buscan mantener lo que en los gremios se llama “la discusión abierta permanentemente”.
Esta idea de discutir todos los meses se suma a la incorporación de otras herramientas, como los bonos compensatorios o los aumentos de emergencia, que la dirigencia quiere sumar y que las empresas resisten. El último informe de la Junta Interna de ATE en el INDEC marca cómo el nivel salarial para una familia tipo se disparó en el último mes del 2023.
Las paritarias este 2024 se movieron en torno de la difícil situación de la economía, y sobre todo la falta de certezas respecto al futuro inmediato. Por esto, las discusiones se están haciendo con un horizonte máximo de 30 días, o 60 días con revisión retroactivas si los índices inflacionarios son mayores al acuerdo cerrado. La semana que pasó cerraron acuerdos la UOM, la UOCRA, los bancarios y los aceiteros. Comercio está comenzando las charlas para el ajuste de los últimos meses de su paritaria.
En el caso de los metalúrgicos, el gremio que conduce Abel Furlán firmó un ajuste salarial para el mes de enero del orden del 25,5 por ciento, idéntico al índice de inflación dado a conocer la semana pasada correspondiente a diciembre. En el marco de la disparada de la inflación, la UOM y las cámaras de la actividad acordaron, además del incremento para enero, volver a retomar conversaciones en la segunda quincena de febrero para acordar el ajuste del segundo mes del año, yendo a un esquema de actualización mensual.
Por su parte, el lunes la UOCRA, sindicato de la construcción, cerró una recomposición del 20 por ciento sólo para enero. El acuerdo fue rubricado con la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO) y la Federación Argentina de Entidades de la Construcción (FAEC) y estará vigente hasta el 31 de enero. Luego, las partes se comprometieron a revisar la cifra de acuerdo con la evolución de las variables económicas.
“No hay certeza de cómo responderá la economía en los próximos meses, no podemos negociar más allá de uno o dos meses”, le dijo Data Gremial un dirigente de un importante gremio que espera que la paritaria sectorial comience en breve. Por esta situación la mayoría de los dirigentes no quieren arriesgar un número de mejora para comenzar la discusión, sobre todo con las versiones de una nueva devaluación de importancia en marzo.
“Hay que ver cada mes la economía, lo ideal sería un mecanismo de suba automática pero no existe”, agregó el mismo dirigente consultado. Con el 25,5 por ciento de inflación de diciembre dada a conocer por el INDEC la semana pasada, otro tanto que se espera para enero, y proyecciones anuales nuevamente encima del 200 por ciento anual, los gremios exigen aumentos que por lo menos compensen a la inflación y las cámaras están convalidando aumentos arriba del 20 por ciento mensual.
Por eso las discusiones son cada vez más cortas. El sindicato de mecánicos, SMATA, que dirige Ricardo Pignanelli, alcanzó un acuerdo para los dos primeros meses del año del 38,85 por ciento. Este monto es “a cuenta” por la inflación del período. Las históricas paritarias trimestrales de SMATA, ahora se acortaron a bimestres.
Estatales, en alerta
En cuanto a los estatales, en medio de la polémica por los despidos y el ajuste que sufren, se cerró la paritaria 2023. Los gremios mayoritarios firmaron un acuerdo del 16 por ciento para cobraren enero del 2024. Las discusiones en el sector público están bajo la presión de los ajustes presupuestarios y la pelea entre Nación y las provincias por la aprobación del DNU y la Ley Ómnibus, que se volvió un fuerte condicionante. La semana pasada, el gobernador bonaerense, Axel Kiciloff, anunció por decreto una suba del 25 por ciento para los estatales bonaerenses. Esa cifra, que casi “empata” la inflación registrada por el INDEC en diciembre que alcanzó un 25,5 por ciento, incluye un 15 por ciento que corresponde al último tramo de la negociación de 2023. Por eso en febrero se retomarán las negociaciones con los representantes gremiales.
Si bien los números son mejores a los nacionales, los gremios de la administración pública los consideraron insuficientes. “Los salarios perdieron categóricamente”, afirmó un dirigente del sector luego de conocerse el aumento, que se cerró de manera unilateral. En este sentido, no ocultó su malestar porque “fue un cierre unilateral para todos los estatales de la provincia de Buenos Aires”. “Lamentablemente se ha pasado por arriba a las paritarias, los gremios ya habían rechazado por insuficiente esta oferta, que no contempla el aumento terrible del costo de vida”, completó el mismo dirigente consultado por Data Gremial.
Luego de conocerse la noticia del aumento, los gremios expresaron su descontento no sólo con la cifra anunciada, sino con la forma. “Con este aumento podemos decir que hubo un 150 por ciento de aumento salarial contra un 211 por ciento de inflación acumulada en el 2023, además que nunca recuperamos lo perdidos en años anteriores”, analizó otro dirigente sindical, que coincidió con los números que fueron dando las organizaciones. Otro de los reclamos que circuló entre los estatales fue la falta de un mecanismo que permita actualizar salarios de forma automática, algo que se puso en marcha en algunos momentos de la gestión de María Eugenia Vidal e incluso en el primer gobierno de Kicillof. “Todo esto se vuelve un ajuste, que sufrimos todos los trabajadores”, insistieron. Por el momento adelantaron que no habrá medidas locales, y se concentrarán todos los esfuerzos en el paro nacional del 24 de enero.
Canasta de ingresos
El malestar de los gremios por las situaciones vinculadas a la pérdida de salarios tiene su correlato con lo que pasa a nivel nacional, tanto para los salarios públicos como los privados. Es que mientras enfrentan el ajuste y los despidos, los trabajadores de la administración pública nacional siguen sufriendo el deterioro de su poder adquisitivo. Así lo demuestra el último informe de la Junta Interna de ATE en el INDEC, que mensualmente elabora un cálculo de cuánto debería ser el salario de una familia promedio para afrontar una canasta de alimentos y servicios. En diciembre, el valor dio un enorme salto, y superó los 700 mil pesos.
“La depreciación de nuestros ingresos, la política de achicamiento del Estado mediante despidos y la falta de recomposición salarial nos exigen estar a la altura de los acontecimientos”, afirmó el trabajo, al que tuvo acceso Data Gremial. En este sentido, el reporte estableció que “un trabajador necesito, en diciembre del año pasado 772.711 pesos para satisfacer sus necesidades mínimas de un hogar constituido por una pareja de 35 años con dos hijos en edad escolar”.
Este valor se compone de “283.473 pesos necesarios para adquirir una Canasta Alimentaria Mínima y de 489.238 pesos para acceder a otros bienes y servicios básicos”. “El panorama para los trabajadores estatales es complicado, si tenemos en cuenta que el salario de referencia de diciembre 2015 (10.191 pesos), actualizado a pesos de diciembre 2023 debió ser de 521.427 pesos y no los insuficientes 283.010 pesos, sin incluir las sumas fijas de 4 mil y 70 mil pesos, según la grilla salarial del SINEP de diciembre del 2023”. Esto generó una caída del poder adquisitivo del 44 por ciento.