Luego de conocerse la última medición de inflación, el gobierno tuvo una doble reacción. Primero, celebró el índice de poco más del 13 por ciento, siempre bajo su lógica de haber evitado una hiperinflación desde que Javier Milei asumió la presidencia. Tras eso, cuestionó algunas situaciones, como las promociones de supermercados y los aumentos rezagados, que podría haber dejado ese número en un solo dígito. Con esto, vino una crítica al Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), y la canasta que mide tanto los aumentos de precios como los niveles de pobreza e indigencia. Por eso, comenzaron a crecer las versiones de una forma en la forma de medir los distintos indicadores, incluyendo los incrementos de precios, lo que encendió algunas alarmas, en especial por los antecedentes que hay de la intervención que se hizo del organismo durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, con Guillermo Moreno a la cabeza.
Ante esto, los trabajadores se mostraron atentos a estos movimientos, y recordaron que quieren ser parte de la discusión. “Parece una lavada de cara”, afirmaron, y marcaron que los cambios que se comentan “no van a truchar nada”, ni los datos ni la metodología de trabajo. En estos días, volvieron a pedir una audiencia con el titular de la entidad Marco Lavagna, y a advertir que falta personal para cumplir todas sus tareas.
Según las versiones periodísticas que circulan luego de las críticas a la canasta de productos y servicios que mide el INDEC, hay una idea en el gobierno nacional de cambiar la forma de medir la inflación y otros indicadores.
Para eso, se actualizaría la canasta que se utiliza en estos días, lo que permitirá “reflejar mejor los cambios en el consumo de la población”, según explicaron algunos voceros de oficialismo. La base que se utilizará será la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo) 2017-2018, que reemplazará a la que se utiliza actualmente para el Índice de Precios al Consumidor (IPC), correspondiente al período 2004- 2005.
“La ENGHo proporciona información tanto para el cálculo de las ponderaciones del índice de precios al consumidor (IPC) como para la actualización de las estructuras de las canastas de bienes y servicios que se emplean en la elaboración de las líneas de pobreza e indigencia”, resaltaron fuentes del INDEC citadas por diversos medios de comunicación.
Este cambio, agregaron, cuenta con el aval del Fondo Monetario Internacional (FMI), que incluso estaría asesorando a los funcionarios del área para terminar de confeccionar este cambio.
“Parece más que nada una lavada de cara”, le dijeron a Data Gremial fuentes del INDEC vinculadas a los trabajadores. En este sentido, los cambios son consideraron “más que nada una actualización que cada tanto se hace”, aunque no hay mayores precisiones respecto a la forma o el momento que se pueda hacer.
La ENGHo, explicaron los trabajadores, “contiene información e consumo, dónde se compra, cómo se paga y sobre todo el peso que tiene cada componente en la canasta de las familias”. En este punto, las fuentes insistieron en que “no se van a cambiar cosas para truchar las estadísticas, eso debe quedar claro”, en referencia a la intervención de Moreno, que fue resistida por los propios empleados.
Sobre las promociones, que habló el ministro de Economía Luis Caputo, que no termina de reflejar bien el valor de los productos, marcaron que “es verdad que hay que bajar el precio de los productos por unidad, los empresarios hicieron un colchón muy grande para aguantar esta baja”.
Sistema estadístico
Más allá de estos cambios, los trabajadores del INDEC, a través de la Junta Interna de ATE, vienen planteando la necesidad de generar un sistema estadístico nacional, que coordine los esfuerzos e todas las provincias, y que sea independiente del poder político de turno.
Los delegados gremiales iniciaron hace un tiempo un borrador de un proyecto de ley, para crear un Sistema Estadístico Nacional (SEN), que delineaba esas cuestiones, pero nunca terminó de presentarse. “Claro que queremos ser parte de la discusión sobre este o cualquier cambio, lo venimos planteando, y poder decir qué cosas nos parecen buenas y cales no”, explicaron desde la Junta Interna ante la consulta de Data Gremial.
Pese a esto, por el momento no hay un proyecto concreto para discutir, y según proyectan desde el gremio” este año vemos difícil que esto suceda, en medio de esta crisis económica y social”.
Entre las propuestas que incluyeron los trabajadores del INDEC en esos borradores de ley, se establecía la forma de financiar el organismo, su autarquía, la contratación y estabilidad laboral de los empleados, además de las cuestiones metodológicas, pero nuca se llegó a tener un proyecto finalizado.
Esto se debió en gran parte porque la Junta Interna del INDEC peleo durante estos años contra la intervención del gobierno entre 2007 y 2015, que fue duramente cuestionada porque alteró algunos indicadores. En ese tiempo, hubo informes críticos al manejo del INDEC de la Defensoría del Pueblo y la UBA, y una comisión legislativa que se creó ante las denuncias realizó un trabajo que nunca vio la luz, según remarcaron los trabajadores en su momento.
Falta personal
En medio de la polémica, el presiente Javier Milei elogió a Lavagna, y dijo que hace “un trabajo impecable”. Ante esto, desde la Junta Interna del organismo plantearon mediante un documento que “si el instituto funciona correctamente es por el esfuerzo, la capacitación y la dedicación de sus trabajadores”. “Resulta contradictorio con las declaraciones de Milei que Caputo plantee un recorte de personal en el Ministerio de Economía, del cual el INDEC forma parte. Esto pone en peligro el empleo de muchos trabajadores, quienes en su gran mayoría perciben salarios por debajo de la línea de pobreza y se encuentran precarizados”, agregaron.
En este sentido, en los últimos días circularon versiones sobre despidos masivos en el Estado, que comenzarían el 31 de marzo al vencerse miles de contratos. El INDEC figura entre las dependencias donde más golpearía esta política.
Ante esto, desde ATE recordaron que el organismo “actualmente cuenta con una planta de 1.388 trabajadores, muy por debajo de la planta óptima que durante el gobierno de Mauricio Macri fue estipulada alrededor de 1.500”.
Por tal motivo, “consideramos que un recorte en el instituto no solo pone en riesgo las estadísticas públicas si no también su capacidad de sostener todas sus encuestas y proyectos. Acá no sobra nadie, de hecho, faltan trabajadores que se han ido por las malas condiciones laborales”. Por estas cuestiones, más situaciones salariales, de contrataciones y otros reclamos, se le pidió una audiencia al director del INDEC, que hasta ahora no fue contestada positivamente.