Casi cuatro de cada 10 trabajadores en relación de dependencia no están registrados en la seguridad social, y habita un hogar pobre. Así lo consigna el informe Empleo Asalariado Informal y Pobreza Laboral, realizado por la Facultad de Economía de la Universidad de Buenos Aires. El estudio registró una tasa de informalidad entre los asalariados del país del 36,7 por ciento durante el tercer trimestre de 2024.
La tasa de informalidad asalariada fue de 34,2 por ciento entre los hombres y de 38,9 por ciento entre las mujeres. En promedio, la tasa de informalidad femenina a mediados de 2024 fue de aproximadamente cinco puntos porcentuales más alta que la tasa masculina. Sin embargo, dada la mayor proporción de hombres en el total del empleo asalariado -54 por ciento, éstos dan cuenta del 51 por ciento de la informalidad asalariada total.
Representa una suba de un punto porcentual respecto de la registrada durante el tercer trimestre de 2023. El valor -similar al registrado en 2008- se mantiene relativamente constante desde hace 16 años -en torno al 35 por ciento- según el informe, que tiene en cuenta los datos actualizados de la Encuesta Permanente de Hogares -EPH- y releva el dato desde 2003.
Empleo formal
Además, que el mes pasado se informó también, por primera vez en un año, un aumento de la cantidad de empleo formal, según datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). Fue un aumento marginal, de un 0,1 por ciento, pero marcó el quiebre de una tendencia negativa que duró 11 meses.
El estudio de la UBA registró que el 40 por ciento de los asalariados viven en un hogar pobre. El valor asciende a 63 por ciento si se tiene en cuenta a los trabajadores informales.
Cuando se hace la comparación entre el salario mensual y el valor de la canasta de bienes y servicios básicos -línea de pobreza individual- se observa la misma discrepancia, pero más mucho acentuada: el 59 por ciento de los asalariados informales recibe un salario mensual inferior al valor de la canasta, contra solo el 8 por ciento de los asalariados formales.
Por edades
Los jóvenes son el grupo etario que experimenta una tasa de informalidad más elevada. Durante el segundo trimestre de 2024, ésta fue de casi 64 por ciento, 28 puntos porcentuales más alta que la tasa global. Los trabajadores asalariados de entre 45 y 64 años -60 años en el caso de las mujeres- son quienes experimentan la tasa de informalidad más baja -27,5 por ciento-; les sigue el grupo de entre 25 a 44 años -34,4 por ciento-; y el de 65 años -60 años en las mujeres- y más -47,9 por ciento.
Solo dos áreas registraron tasas de informalidad más bajas que el promedio: Gran Buenos Aires -que incluye a la ciudad de Buenos Aires y partidos de la provincia de Buenos Aires- y la región patagónica -35 por ciento de informalidad y 20 por ciento, respectivamente-. Las regiones Noroeste, Cuyo y Nordeste registraron tasas superiores al 40 por ciento.
En tanto, en comparación con otros países de Latinoamérica -considerando áreas urbanas de 10 países de la región-, el valor de 36,7 por ciento registrado en la Argentina es muy superior a los registrados en Uruguay, Chile, Costa Rica y Brasil, que tienen tasas de informalidad entre asalariados de entre el 9 y 21 por ciento; pero también se diferencia de los registrados en Perú y Paraguay, con tasas de informalidad superiores al 50 por ciento.