En el marco del inicio de una semana de acciones contra el ajuste presupuestario que sufren las universidades nacionales, que tendrá un nuevo paro de docentes y nodocentes el próximo jueves, un trabajo confirma la crisis de ingresos del sector. Según el último informe elaborado por el Grupo Economía, Política y Ciencia del Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación (EPC-CIICTI), los salarios de los trabajadores de la educación superior perdieron, en términos reales, un 25,1 por ciento entre diciembre de 2023 y septiembre de 2024. Esta cifra equivale a que los docentes e investigadores dejen de cobrar sus sueldos “los últimos tres meses del año”. Es decir, en términos anualizados supone que perciban sus ingresos únicamente hasta el 30 de septiembre.
El descenso de estos salarios es el correlato de un ajuste del 30,8 por ciento real en la inversión pública en la educación superior, que continuará, según el proyecto de Presupuesto 2025 presentado por el gobierno nacional, con una caída del 5,3 por ciento el año próximo y acumulará una disminución salarial equivalente al 37,7 por ciento en dos años.
A su vez, los salarios de investigadores del CONICET, que agrupan al 22,35 por ciento de los investigadores de nuestro país, volvieron a descender en septiembre: cayeron un 1,42 por ciento real al medir un aumento nominal del 2 por ciento contra la inflación de ese mes.
Impacto negativo
Por último, los salarios de investigadores científicos encuadrados en el Sistema Nacional de Empleo Público (SINEP), donde se encuentra el 25,8 por ciento de los trabajadores del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, cayeron un 1,4 por ciento real en septiembre y acumulan un deterioro de 18,2 por ciento puntos reales desde noviembre de 2023. De esta manera alcanzaron un mínimo histórico, perdiendo más de la mitad del poder adquisitivo que tenían en 2015.
Las universidades públicas comienzan una nueva etapa en su pelea contra el desfinanciamiento del gobierno de Javier Milei. Con el veto del presidente a la ley de financiamiento se cerró un primer round, y ahora en el conflicto hay un barajar y dar de nuevo. En este nuevo tramo, el conjunto de estudiantes, rectores y gremios tienen como objetivo modificar el proyecto de Presupuesto 2025 para las universidades -ya que la Casa Rosada pautó que el año próximo reciban la mitad que lo que pide el Consejo Interuniversitario Nacional. Los sindicatos junto con esta pelea tienen además por delante la necesidad de conseguir recomposiciones salariales para noviembre y diciembre.
Asambleas y actividades varias
El primer paso de esta nueva etapa se verá hoy en las facultades, donde habrá asambleas convocadas por los estudiantes. La semana pasada hubo 50 ocupaciones y vigilias a lo largo del país. Algunas continúan, otras que se levantaron podrían ser retomadas, o sumarse nuevas. "En la Universidad de Buenos Aires la semana pasada hubo tres tomas -en Psicología, Sociales y Filosofía y Letras-, pero hoy habrá asambleas convocadas en todas las facultades de la UBA", detalló Camila Silveira desde el centro de estudiantes de veterinaria.
Por otra parte este jueves el Frente Sindical de Universidades Nacionales, que agrupa a todos los gremios de trabajadores docentes y nodocentes, hará un nuevo paro. También ya está definido que a partir del lunes 21 habrá una semana de visibilización del reclamo, con clases públicas, volanteadas y actividades callejeras. Los gremios y centros de estudiantes, en los días que vienen, irán definiendo sus alcances y modalidades. Y debatirán cómo darle continuidad a un conflicto que prevén más largo que el que sostuvieron contra el veto.
“Nosotros estamos hablando con los diputados y vamos a seguir haciéndolo, pero todos sabemos que una disputa fuerte sólo es posible si se sale a la calle”, dijo Carlos De Feo, secretario general de la CONADU. El frente está integrado por CONADU Histórica, CONADU, FEDUN, CTERA, FAGDUT, FATUN y UDA. En las organizaciones coinciden en que el conflicto no tendrá una resolución rápida. Una de las ideas que evalúan es organizar para noviembre una marcha desde el interior hacia la ciudad de Buenos Aires, que se extienda durante varios días y con escalas, a la manera de las marchas federales.