Luego de que el nuevo gobierno de Javier Milei realizara una mega devaluación del peso argentino que encareció el billete verde en más del doble (de valer menos de 400 pesos, pasó a un valor de 820 pesos en apenas un día), Argentina pasó a ocupar el anteúltimo puesto en la escala de salarios mínimos en dólares en América Latina con U$S 150 -156.000 pesos, solo superado por Venezuela (U$S 3,61).
Según los datos publicados por la consultora Statista, Costa Rica lidera el ránking con un salario mínimo de 687 dólares, seguido por Uruguay con U$S 570.
El top 5 de países con mejores salarios mínimos en dólares lo completan Chile, con 521 dólares; Ecuador, con 460; y México, con 417 por mes para los trabajadores que cobran la mínima.
En contrapartida, entre los países que se encuentran en peores condiciones salariales al realizarse la conversión a la divisa estadounidense además de Venezuela y Argentina, se encuentra República Dominicana con 245 dólares —14,232 pesos dominicanos.
Los demás países incluidos en el informe son: Guatemala, con 417 dólares; Paraguay; con 367 dólares; El Salvador, con 365 dólares; Bolivia, con 342 dólares; Colombia, con 335 dólares; Honduras, con 329 dólares; Panamá, con 326 dólares; Brasil, con 291 dólares; y Perú, con 277 dólares.
De tener el mejor salario mínimo en dólares a uno de los peores
Hace 8 años, nuestro país tenía el número de los mínimos más alto de la región, con $583 dólares mensuales, cuando gobernaba Cristina Fernández de Kirchner.
Con Mauricio Macri y Alberto Fernández fue decayendo progresivamente y el “golpe de gracia” se lo asestó el presidente Javier Milei con la brutal devaluación inducida.
Dentro del ajuste en la política de ingresos, la administración Milei además demora todo lo que puede las actualizaciones salariales y el secretario de Trabajo, Ómar Yasin, recién anuncia que en los próximos días será convocado el Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil.
Las patronales, por su parte, endurecen su posición en los sucesivos encuentros paritarios pactados con los gremios, donde ya merodean las amenazas de despidos por la recesión como marco de las discusiones.
Una grave pérdida salarial
Desde finales de 2015, el índice RIPTE (Remuneración Imponible de Trabajadores Estables) muestra una disminución acumulada del 28% en el poder de compra de los salarios, con 20 puntos atribuibles al gobierno de Mauricio Macri y 8 puntos al de Alberto Fernández.
Cabe destacar que las compensaciones aplicadas desde octubre, como devoluciones fiscales o bonos no remunerativos, no afectan el cálculo del RIPTE, ya que este solo considera los ingresos sujetos a aportes de seguridad social.
Además, el aumento del piso salarial para el impuesto a las Ganancias a $ 1.980.000 desde octubre no se refleja en las estadísticas salariales.
Por otra parte, para diciembre se prevé una caída mayor del salario real debido a la mega devaluación y un aumento en los precios propiciados por Milei, que podrían llevar la inflación a cerca del 30%, mientras que se espera que los salarios permanezcan congelados.
Esta tendencia negativa podría continuar en enero, con una inflación proyectada entre el 20% y el 28%.
En términos anuales, hasta noviembre de 2023, el salario bruto promedio fue de $ 447.079,57, lo que representa un aumento del 130,2% en once meses, frente a una inflación del 148,2%.