Tras el acto en el que Sergio Massa se esperanzó con ser a partir de diciembre el “presidente de los trabajadores”, en CGT sacaron pecho al argumentar que fue el “acto más grande" de la campaña de Unión por la Patria y aseguran que el próximo 8 de agosto, al filo de la veda electoral, movilizarán a la militancia para lo que podría ser un virtual cierre rumbo a las elecciones primarias.
Si bien los popes de la central obrera no se llevaron ningún “anuncio” tal como se especulaba en la previa, el propio ministro-candidato lo había deslizado en un acto en San Martín de la semana pasada, no dudaron en dar un amplio respaldo al líder del Frente Renovador.
Gestos de unidad, para apoyar a Massa
Y para ello le regalaron una postal de “unidad” de una central obrera que viene a los tumbos desde su unificación de noviembre de 2021. No solo hubo movilización a las puertas de calle Azopardo de columnas de UPCN, la UOCRA y Obras Sanitarias, entre otros gremios, sino que el consejo directivo se mostró a pleno e incluyó a dirigentes que se venían ausentando de las últimas reuniones, como la kirchnerista Vanesa Siley (Sitraju).
Héctor Daer incluso tuvo un gesto para con “Paco” Manrique, ubicado en el tercer lugar en la lista de Diputados, al pedir un reconocimiento. Se trata de un dirigente que es protagonista del armado sindical que orbita alrededor de Cristina. No dejó de llamar la atención el “ecumenismo” del encuentro.
Los pedidos de Massa a la CGT
También el propio ministro le pidió a la dirigencia de la central obrera que milite en los barrios con la boleta para convencer a los “desilusionados” por un gobierno que, como dijo el principal orador del encuentro, no logró recomponer el poder adquisitivo perdido durante la etapa macrista en Casa Rosada. El problema es que tampoco logró contener la inflación, que hoy supera el 100% interanual, y hace caer el poder de compra del salario en muchos segmentos de la masa trabajadora.
En este sentido, la propia vocería massista sostiene que la CGT se suma desde ahora a la campaña de UP y tendrá representantes en cada mesa de trabajo. Por lo pronto, en el salón Felipe Vallese se lo vio a Julián Domínguez, candidato a senador suplente y asesor de Smata, que en los hechos opera en el búnker oficialista como nexo con los jefes gremiales. También se lo vio en el histórico salón al ministro Wado de Pedro (Interior), que recibió un fuerte aplauso de los presentes.
En tanto, Massa se mostró en contra de la quita de derechos a los trabajadores que atribuyó a las promesas de campaña de los postulantes de Juntos por el Cambio. Y reclamó a los jefes gremiales que lo ayuden a devolver peso al salario en la puja distributiva para llegar al denominado “fifty-fifty (50%-50%)” con el que se repartía la riqueza entre el capital y el trabajo en 1974, por ejemplo, durante el último paso por Juan Domingo Perón por la Casa Rosada.
Sin promesas ni anuncios, el precandidato de la fórmula “mayoritaria” del oficialismo insistió en diferenciarse de los candidatos de la oposición.