En la previa al paro de la CGT del 9 de mayo, el gobernador de la provincia de Buenos Aires Axel Kicillof apoyó la media de fuerza criticando las políticas del gobierno nacional. “Javier Milei desencadenó un industricidio”, resumió el mandatario bonaerense, que mostró cómo las medidas impactaron en la actividad de su distrito, el más grande y densamente poblado del país.
Este parate de la actividad es la consecuencia visible de la festejada baja de la inflación, que en abril bajó por primera vez a una tasa de un digito, y que muchos alertan que está vinculada más a la recisión que a la estabilidad macroeconómica.
En este contexto, la industria sigue sufriendo las consecuencias de un modelo, y tuvo un primer trimestre del año que confirman los dichos del gobernador provincial. Así lo establece un estudio de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), que aseguró que la baja anual de la actividad industrial se ubicó en el 21 por ciento, con fuere impacto en el sector alimentos y bebidas, con un desplome de más del 14 por ciento, el peor que se tenga registro.
La situación se vuelve dramáticas en varios rubros, que comenzaron a registrar despidos y suspensiones, la próxima amenaza según las proyecciones más pesimistas de los expertos.
El informe de la UNDAV fue elaborado por su Observatorio de Políticas Públicas, y midió el impacto de las medidas del gobierno nacional en la industria del país. La primera consecuencia es una baja del 21 por ciento en el primer trimestre del año, comparado al mismo período de 2023.
“Si uno toma el dato trimestral, es decir, enero, febrero y marzo de este año, la industria cayó un 14, por ciento, es decir, casi un 15 por ciento en este primer trimestre de este año”, explicó el reporte, al que tuvo acceso Data Gremial.
El trabajo alertó que la caída “más preocupante es la de la industria alimenticia, la cual registra una caída del 14,2 por ciento, que es la peor caída de la que se tiene registro”. Además, otro dato preocupante es que todas las categorías de la industria tuvieron una baja en el primer trimestre del año, lo que muestra lo extendido de la crisis. “Producto de la destrucción del consumo y la eliminación de la obra pública, la producción de asfalto y de ciertos electrodomésticos cayeron un 64 por ciento respecto del año pasado”, agregó el informe.
“Esto nos da una idea del industricidio que estamos viviendo, el cual ya está teniendo una consecuencia que tiene que ver con el fuerte crecimiento de la desocupación, porque la industria es mano de obra intensiva, es el sector que más genera puestos de trabajo, porque además esta caída industrial se complementa con la caída de la construcción que es otro sector sensible a la hora de generar puestos de trabajo”, afirmó el análisis realizado por el director de la carrera de Economía en la UNDAV, Santiago Fraschina.
Según el reporte, “si no hay crecimiento económico y no hay generación de puestos de trabajo, se empieza a ver que se empieza a pulverizar la recaudación tributaria, por lo que la recaudación comienza a caer en términos reales y al gobierno cada vez le va a costar más mucho más superar ese superávit financiero, porque tiene cada vez menos ingresos, con lo cual obliga al gobierno a hacer un ajuste mayor para garantizarlo, pero eso impacta cada vez más en la economía real”.
Efectos inmediatos
En el reporte de la UNDAV se incluye la mirada de los empresarios industriales, que se muestran pesimistas ante este verdadero “industricidio”. En este sentido, el 52 por ciento de los consultados considera que la demanda interna “continuará disminuyendo en los próximos meses”, y sólo el 12 por ciento “piensa que aumentará”.
Esto hace pensar que no sólo habrá una retracción de la actividad industrial, sino que la baja tendrá como resultado despidos en el sector. Este martes, por ejemplo, el gremio SUTNA informó que la empresa FATE cesanteó a casi 100 operarios de su planta San Fernando. Luego de anunciar un paro para el turno de la tarde del mismo día, se anunció la conciliación obligatoria por parte dela secretaría de Trabajo nacional, que fue acatada por el sindicato.
Otra rama muy golpeada es la metalúrgica. Según los datos aportados por la UOM, en lo que va del año se perdieron uno 10 mil puestos de trabajo en todo el país, con foto en el cordón industrial de Rosario, de donde eran el 10 por ciento de los cesanteados, según datos de la seccional local del sindicato. Estos números, considerados “inéditos”, podrían profundizarse en los próximos meses. Según las proyecciones de la dirigencia, en los próximos dos meses podrían perderse otros 50 mil empleos, lo que generarían una crisis terminal en varios rubros.
En el sector de la maquinaria agrícola, que tras un año golpeado por la sequía aspiraba a recuperarse, las ventas cayeron también a la mitad y hay fábricas que suspenden, no tanto por el peso de la planta de personal, sino para ahorrar energía, cuyo costo se multiplicó en los últimos meses. Por si algo faltara, la media sanción que obtuvo el proyecto de ley Bases enviado por el presidente Javier Milei en Diputados, trajo el fantasma de la competencia desleal que esconde bajo el poncho el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI).
En la provincia de Buenos Aires
La caída dela actividad industrial tiene especial impacto en la provincia de Buenos Aires, que viene alertando de esta situación, que se completa con el recorte de recursos para las arcas bonaerenses, que están en este momento cerca del billón de pesos.
En una reunión con gremios estatales, el gobierno de Axel Kicillof presentó un informe de esta realidad, que se viene denunciando por el Ministerio de Trabajo. En este sentido, los datos marcan que en lo que va del año en territorio bonaerenses se perdieron unos 70 mil puestos laborales, a partir de una baja en la actividad industrial del 9,7 por ciento en el bimestre enero-febrero 2024.
En relación con la situación industrial del país, Correa expresó su apoyo a la perspectiva de un nuevo paro general de la CGT, argumentando que es una respuesta necesaria a medidas gubernamentales como el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) y la Ley Bases, que considera perjudiciales para los trabajadores.
En palabras de Correa, “Es una respuesta al DNU, a la Ley Bases donde ningún artículo favorece al pueblo trabajador”. En cuanto a la situación industrial en la provincia de Buenos Aires, Correa coincidió sobre un "industricidio" que está afectando gravemente a diversos sectores, especialmente a la construcción. Criticó las políticas del Gobierno Nacional, especialmente las relacionadas con la obra pública, que, según él, han contribuido a esta crisis.