Con una nueva jornada de lucha con réplicas en todo el país, los trabajadores del Hospital Posadas le reclamaron al gobierno nacional que reincorpore a los cerca de 100 cesanteados el mes pasado, en el marco del plan de ajuste del personal del Estado nacional, que generó unos 6 mil despidos sólo en julio. La medida de fuerza, llevada adelante por la seccional local del gremio CICOP, incluyo una “marcha blanca” a la sede del Ministerio de Salud nacional, responsable del nosocomio. Por los despidos, alertaron, hay varios servicios paralizados, lo que deja a miles de pacientes del oeste del conurbano bonaerense sin atención. El hospital es uno de los pocos bajo la órbita nacional, y n es la primera vez que es víctima de los recortes de personal y presupuesto. La medida de fuerza contó con el apoyo de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (FESPROSA), que aprovechó la jornada para reclamar por un viejo pedido suyo: la creación de una “paritaria nacional de salud”, que equipare de alguna forma los salarios de todos los médicos y profesionales del país, hoy muy distintos por las situaciones particulares de las provincias.
A un mes de los despidos masivos, los trabajadores y profesionales del Hospital Posadas volvieron a reclamar por las cesantías masivas del primer día hábil de julio, donde cerca de 10 empleados de diversas áreas dejaron de ser parte del plantel del nosocomio. “Los trabajadores despedidos son esenciales para la atención de los pacientes del Hospital Posadas, con experiencia, antigüedad y formación, reconocidos por su profesionalismo”, destacaron desde la seccional de CICOP, que llamaron a sumarse a los reclamos. En los últimos días se lograron algunos avances en las negociaciones, confirmaron desde el gremio, pero aisladas, y nunca se formó la mesa de diálogo reclamado. Por eso se decidió mantener la marcha desde el Obelisco al Ministerio de Salud, para insistir con los pedidos que se viene haciendo. Además, CICOP recurrió a la justicia, para completar el plan de acción. Entre los despedidos hay delegados sindicales, lo que viola los fueros gremiales, la Ley de Asociaciones Sindicales y los derechos más básicos, uno de los argumentos presentados.
“La atención del hospital está muy resentida, se puede ver todos los días”, le dijo a Data Gremial un integrante del gremio médico en el Posadas. En los días de bajas temperaturas, las guardias “se vieron saturadas, porque hay menos personal y mayor demanda. Fue un desastre”. Además, algunos servicios quedaron si personal, incluyendo la entrega de medicamentos oncológicos, que viene generando mucho ruido en la actual gestión. “Los pacientes se quejan, el personal está saturado, el clima es un polvorín”, dijeron sobre los efectos de los despidos. El hospital Posadas está ubicado en la localidad de El Palomar, partido de Morón, muy cerca de la villa Carlos Gardel y del barrio Ejército de los Andes, popularmente conocido como “Fuerte Apache”. “Destacamos su ubicación porque el hospital es fundamental para su comunidad, que tiene serios problemas de acceso al sistema sanitario”, agregó el dirigente consultado, que marcó el acompañamiento del barrio.
Carta abierta
Antes de la jornada de lucha, los trabajadores del Posadas publicaron una carta abierta a la comunidad, donde expresaron su alarma por la situación del hospital. Allí denunciaron que “el desmantelamiento del equipo de salud del hospital no es un hecho aislado”, y que “los recortes que se vienen efectuando desde el gobierno nacional, como lo han denunciado también más de 700 pediatras del país en su carta ‘No al hambre de las niñeces y sus familias’, pone a la Salud de nuestra población, especialmente las más vulnerable, en peligro”.
En el texto también denunciaron el desmantelamiento de políticas de prevención, como “la línea 144 que asistía de manera telefónica a mujeres y personas LGTB en situación de violencia de género; el programa ENIA, abocado a reducir el embarazo adolescente en todo el país; los despidos en la Agencia Nacional de Discapacidad; y el achicamiento de programas nacionales de asistencia a situaciones especiales como la DADSE, que garantizaba tratamientos oncológicos a pacientes que no pueden acceder de forma privada, lo que ha llevado al fallecimiento de más de 50 pacientes desde las supuestas auditorías”.
Según explicaron, en este marco de ajuste “se da el incremento de patologías agravadas por el aumento de la pobreza y la desocupación, ya que en el sector privado también se cuentan por cientos de miles los despidos, como lo denuncian los compañeros del neumático que están peleando por la reincorporación de alrededor de 500 despedidos”.
Paritaria nacional
En tanto, durante la jornada, la FESPROSA aprovechó para ratificar una serie de reclamos que le vienen haciendo al ministerio que comanda Mario Russo, y que incluso llevan varias gestiones sin resolverse. Entre ellos, se destaca el de crear la llamada “paritaria nacional de salud”, que busca según la federación “un salario de ingreso igual a la canasta familiar de consumos básicos”. El sistema sanitario argentino sufrió grandes modificaciones a lo largo de la historia, desde que en el primer peronismo se creó el Ministerio de Salud nacional. El principal fue la descentralización de los recursos, que luego de la dictadura militar quedaron en manos de las provincias, que administran los hospitales y centros asistenciales. Nación interviene de forma vertical, a través de programas de asistencia, como el Remediar (medicamentos) o el Incluir Salud (asistencia a discapacitados). Esto generó enormes diferencias entre las provincias que poseen recursos para sostener el sistema estatal y las que no. “Las diferencias salariales y laborales son abismales”, dijeron fuentes de FESPROSA consultadas por Data Gremial.
El pedido de una paritaria de este tipo, similar a la que funciona para los docentes, se viene repitiendo en los últimos gobiernos. Se avanzó en algunos casos, pero nunca se logró el visto bueno final, en especial porque se requieren fondos para garantizar ese piso salarial, y ninguna gestión los comprometió. Además, la FESPROSA insiste con “el fin de la precarización laboral, la eliminación del impuesto al salario y el aumento sustancial de los presupuestos nacional y provinciales para atender las necesidades de la salud pública”.