El paro de varios gremios del transporte del próximo 30 de octubre llega en momentos que el sector está en pleno proceso de reordenamiento interno. Las diferencias que existen dentro de la CGT se trasladaron a un área clave para cualquier protesta, ya que garantiza el éxito o el fracaso de cualquier plan de lucha. Ante la falta de definiciones en la cúpula sindical, ocho entidades decidieron formar la Mesa Nacional de Transporte, donde germinó la idea del paro, que utilizó el conflicto aeronáutico como excusa para avanzar en esta pelea.
A poco más de dos semanas de la jornada de lucha, comenzaron a circular algunas dudas y diferencias. La participación de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) no está clara, lo mismo que los colectiveros de la UTA. En tanto, los promotores de este nuevo agrupamiento creen no sólo en la efectividad del paro, sino en que sea el “puntapié inicial de algo más grande”, un plan de lucha que se vuelva la resistencia efectiva contra las políticas libertarias.
El paro anunciado por la Mesa Nacional del Transporte se perfila como otra prueba para el gobierno en su relación con el gremialismo. Luego de conseguir un canal de diálogo con la CGT y su conducción, la tensión pasó a este sector, que decidió sostener la medida que originalmente estaba pensada para el 17 de octubre, pero se retrasó al 30. Así lo decidieron siete sindicatos que integran esta agrupación, la ausencia de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), liderada por Roberto Fernández, que no estuvo en el plenario de la Federación de Peones de Taxis de CABA.
Así, camioneros, aeronavegantes, maquinistas de La Fraternidad, la FeMPINRA, guincheros, pilotos de aviones y marineros del SOMU confirmaron la protesta. El gran dato al formarse esta mesa es que pertenecen a las entidades enfrentadas del transporte: la CATT y la Unión General de Asociaciones de Trabajadores del Transporte (UGATT). además, se sumaron al debate y a la protesta los trabajadores del subte, los motoqueros los taxistas y los trabajadores viales.
Pero existen dudas respecto de la participación de esa jornada de lucha. “Por el momento la CATT no realizará declaraciones respecto al paro de actividades anunciado”, le dijo a Data Gremial un vocero de la entidad que lidera el ferroviario Sergio Sasia. Esto hace pensar que podría no llamar a la protesta, aunque no desacreditarla.
Cuando se armó la actual conducción de la entidad, hubo diferencias con varios sectores, lo que hizo que Omar Maturano reactivara la UGATT, sello creado en el 2011 cuando se fracturó la CGT. Junto con él se fue la UTA, pero ambos se encontraron en la mesa nacional de Transporte para reactivar las críticas y los pedidos de medidas de fuerza. La postura de la CATT no está clara. Otra fuente consultada por Data Gremial dijo que los gremios que forman la confederación “van a ir al paro”. Lo cierto es que la idea que más circula es la de “libertad de acción”.
El caso de los colectiveros
Quienes no se saben si se sumarán a la jornada son los colectiveros de la UTA. Fernández se ausentó del plenario, y en su entorno argumentaron que su presencia o el apoyo a una medida de fuerza podía “ser un problema en las negociaciones salariales que lleva adelante el gremio”. Desde hace años las paritarias del sector son un problema, porque los empresarios usan los reclamos de los trabajadores para reclamarle a los distintos gobiernos más subsidios.
Ante la respuesta negativa, “planchan los sueldos”, y generan malestar y medidas que afectan a los usuarios. El tema fue parte de la agenda que la CGT llevó a la cumbre con el gobierno, y para evitar retrocesos al respecto es que el gremio no confirma su postura respecto al paro.
Es más, esta semana hablaron de “estado negacionista de los empresarios”, en el marco de una negociación que no avanza. En el marco dela conciliación obligatoria, que puede complicar la adhesión al paro, la UTA acusó a las empresas de mantener “salarios totalmente desactualizados”, y de no efectuar ninguna propuesta superadora en las audiencias que se vienen realizando.
Por eso reclama que se saque a los trabajadores del medio de la disputa con el gobierno, que generó no sólo la disparada de los precios de los distintos boletos, sino además una situación de crisis que afecta especialmente al interior del país. en este contexto, parece difícil que el gremio rompa el diálogo sumándose a la protesta, pero nadie se anima a decir lo contrario.
Punto de partida
En los encendidos discursos que se dieron en el plenario que le puso fecha al paro de fin de mes, se nota que las entidades están cercanas a la idea que lidera dentro de la CGT Pablo Moyano, de enfrentar abiertamente al gobierno de Javier Milei. “La soberanía de nuestros cielos, mares, trenes y carreteras, además de que el Gobierno no nos está dejando negociar paritarias libres y además nos está cortando el derecho de huelga con el tema de la esencialidad”, sostuvo Juan Pablo Brey, titular de la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA).
Esos son los tres puntos principales de reclamo de la Mesa Nacional del Transporte, pero no los únicos, ya que alertaron por cuestiones como la salud, los jubilados, o el financiamiento de las universidades. Por eso, muchos dirigentes ya hablan por lo bajo de un “puntapié inicial” más que un mero paro. “Claramente hay una tensión social que crece, y los trabajadores del transporte somos la punta de lanza de la resistencia a las políticas de este gobierno”, le dijo a Data Gremial un dirigente que si bien no es de la mesa participó del plenario, y se sumará a la protesta.
En este punto, la confianza es que haya “muchos que los ocho que fundaron el espacio”. “La bronca se va a expresar ese día, y seguirá creciendo si no hay cambios”, concluyó el mismo dirigente consultado.