Ya pasaron más de dos meses desde que Abel Furlán destronó después de 18 años a Antonio Caló de la conducción nacional de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). Pero lejos de terminar las tensiones en el gremio, siguen peor que antes: Caló retuvo la poderosa seccional Capital del gremio y desde ahí desafió a Furlán con algunas convocatorias, con la intención de “reposicionarse”. Sin embargo, hasta el momento, los resultados fueron desastrosos, al punto que la poca “tropa” que sigue a su lado comenzó a despegarse.
El primer capítulo fue en junio con el “intento” de acto en Plaza de Mayo por los bombardeos de 1955. El balance fue pésimo: apenas juntó 100 delegados.
La semana pasada siguió -con la misma lógica- redobló la apuesta y organizó el homenaje por el asesinato del legendario dirigente metalúrgico Augusto Timoteo Vandor. Cabe destacar que, por tradición del gremio, la organización de dicho evento le corresponde a la conducción nacional. Es decir, a Furlán como flamante Secretario General. El resultado fue aún peor para Caló: juntó 50 delegados y, para colmo, Furlán llevó más 500 a Entre Ríos, para que participen de un congreso regional ese mismo día.
Furlán sigue creciendo y Caló está en su ocaso como dirigente
Quienes transitan los pasillos del gremio metalúrgico, diagnostican que Furlán está con un alto nivel de convocatoria, que crece cada día. Un ejemplo elocuente fue durante la jornada de su consagración: llevó más de mil delegados a las puertas de la seccional de Caló, contra no más de 20 delegados “caloistas”. Esto llenó de suspicacias y rumores en la "patria metalúrgica".
El porqué de la poca convocatoria por parte de la UOM que aún responde a “Tony” es un misterio. Según fuentes confiables, al “tano” lo sabotean desde la misma seccional porteña. Y las miradas recaen sobre su segundo, Roberto Bonetti.
Presuntamente, Bonetti tuvo una reunión con Furlán en la calle Alsina. Allí, acompañado por la directiva Sandra Santoro, cuentan que el número dos de la UOM CABA le habría pedido disculpas a Furlán por lo sucedido (el no apoyo a su figura) y le habría dicho que la mayoría de la seccional porteña ahora acatará lo que decida en su rol de Secretario General nacional. Pero es no es todo: también le habrían confesado que el ciclo de Caló está terminado.
Furlán fue cauteloso. Escuchó a sus interlocutores, juga y gana. Según testigos de la escena, le dijo Bonetti: “Yo soy democrático no intervengo ni pienso intervenir una seccional”.
Por su parte, Caló no bajó la guardia y el 1° de julio estuvo en la CGT en el acto por los 48 del fallecimiento de Perón que encabezó el presidente Alberto Fernández, mientras que Furlán fue el 2 de julio al acto de Cristina Kirchner también en honor al fundador del Justicialismo.
La jugada de sacar a Caló de la cancha es bien vista por La Cámpora, que no le perdonan al “tano” que en 2017 dijo que nunca votaría a una mujer, en clara referencia a Cristina Kirchner.