Pese a la amenaza de renuncia tras haber sido excluido de la cena que la mesa chica de la CGT mantuvo el lunes por la noche con el presidente Alberto Fernández en Olivos, el líder camionero Pablo Moyano decidió esta tarde que continuará en su cargo como miembro del triunvirato de conducción de la central obrera.
La decisión la tomó en el contexto de una reunión que encabezó en la sede porteña del gremio de Camioneros con un grupo de dirigentes de los sindicatos que componen su espacio gremial Frente Sindical para un Modelo Nacional (FRESIMONA), le anticiparon fuentes gremiales del entorno del dirigente a Data Gremial.
Uno de quienes se opusieron a la renuncia fue Hugo Moyano, quien se mantuvo en contacto con sus colegas de la mesa chica que maneja la CGT para aclararles que él no estaba de acuerdo con la eventual decisión de su hijo mayor. En sus conversaciones telefónicas, el líder de Camioneros resaltó que tuvo diferencias con muchos dirigentes, pero que nunca rompió la CGT.
No hubo ruptura, pero las diferencias internas continuarán
La posición de Hugo Moyano permite aventurar que si hubiera concretado la renuncia de Pablo, el jefe camionero habría designado a otro dirigente de su gremio porque los cargos en la CGT no son personales sino del sindicato.
De todas formas, la decisión de no abandonar la CGT no resolverá la ruptura de hecho ya existe en la CGT, donde el hijo de Moyano y sus aliados de la Corriente Federal de Trabajadores, como Sergio Palazzo (bancarios), están alineados con el kirchnerismo.
Ambos sectores propusieron hacer un paro y una movilización ante la Corte luego del ataque contra Cristina Kirchner, pero la iniciativa fue frenada por el sector mayoritario de la central obrera, no kirchnerista, que integran “los Gordos” (Héctor Daer, de Sanidad, y Armando Cavalieri), los independientes (Andrés Rodríguez, de UPCN; Gerardo Martínez, de UOCRA, y José Luis Lingeri, de Obras Sanitarias) y el barrionuevismo (Carlos Acuña, de estaciones de servicio).
Cronología de 24 horas frenéticas
La reunión que la mesa chica de la central obrera mantuvo anoche con el Presidente fue justamente lo que detonó una crisis que estaba a punto de explotar.
Todos los caminos conducen a que el camionero no fue invitado y ese "cortarse solo" que Moyano les recrimina a los otros triunviros, Héctor Daer y Carlos Acuña, provocó la decisión de intentar romper. Si bien puede no parecer un motivo de peso para semejante decisión, lo cierto es que entre los colaboradores de Moyano se dice que es parte de una sumatoria de decisiones que no le son consultadas.
La decisión de Pablo Moyano no fue un arranque de bronca pasajero. Lo había decidido y no implicaba solo su retiro del edificio de Azopardo 802. Durante la mañana se comunicó con Horacio Otero, el responsable de la tarea de normalización de las diferentes regionales de la CGT que realiza bajo las órdenes del secretario general de la UOM, Abel Furlán.
Luego de agradecerle el trabajo realizado le dijo que su renuncia implicaría también la deserción de sus representantes en los diferentes triunviratos que se habían elegido en las regionales. Esto activó más de una comunicación telefónica entre Furlán y Pablo Moyano.
De hecho, el número dos de Camioneros tanteó si era viable también la salida de la UOM y otros gremios independientes que no integran ni el Frente Sindical, ni la Corriente Federal y mucho menos se siente cerca de "los gordos". Eso hubiera debilitado mucho la posición de la mesa chica de la central obrera al punto de generar una implosión y vaciamiento de la CGT. Pero la UOM se negó.
El metalúrgico conversó mucho para convencerlo de rever la decisión: Hablaron de la necesidad de continuar trabajo juntos para lograr un mejoramiento de las condiciones de los trabajadores y, también, sostener el gobierno de Fernández y, sobre todo, tener mejores posibilidades electorales en el 2023.
Luego vino la reunión del Frente Sindical en la sede de Camioneros. Los que participaron de ella, entre los que se encontraban Juan Pablo Brey de Aeronavegantes y Omar Plaini de canillitas, habían anticipado que se iba a hacer todo lo posible para que la ruptura no se produjera. Ambos consideraban que sería inviable un escenario de división.
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