Trabajadores de salud de hospitales porteños denunciaron esta semana la suspensión de más de 20 cirugías diarias debido a las altas temperaturas dentro de los quirófanos por la falta de mantenimiento de los aires acondicionados, y anunciaron que, de no tener respuesta del Gobierno de la Ciudad, se movilizarán en los próximos días.
"La problemática está sucediendo en la mayoría de los hospitales, pero especialmente en el Hospital Durand y el Hospital Oftalmológico Lagleyze. En el verano se sufre mucho y se tuvieron que suspender operaciones", denunció el delegado de ATE Héctor Ortiz en declaraciones para Télam.
En ese sentido, Ortiz denunció "el que más sufre es el enfermo, el que está recién operado o internado grave; si no funciona el aire la sala es un horno".
Por su parte, los trabajadores del Hospital de Oftalmología Lagleyze, ubicado en el barrio Villa General Mitre, ya habían denunciado esta situación el 16 de enero pasado.
ATE, Sutecba y UPCN habían reclamado en enero que debido al mal funcionamiento del equipo de aire acondicionado de los quirófanos central y de guardia del Lagleyze fue necesario suspender las cirugías pasibles de reprogramarse por "el riesgo a la integridad física del paciente y del personal".
Más hospitales con falta de aire acondicionado
La técnica en Cardiología y delegada de ATE en el Lagleyze Myriam Murúa relató que el viernes pasado se volvió a dar esta misma situación y tuvieron que suspender otra vez las operaciones porque no se podía seguir trabajando sin ventilación en ambos quirófanos.
"Los pacientes se descomponían. El jueves pasado enviamos una nota y suspendimos las operaciones generales, únicamente se hicieron el viernes dos o tres cirugías de urgencia", indicó.
En el Lagleyze se hacen un promedio de 20 a 28 operaciones diarias, con lo cual el viernes pasado se suspendieron más de 20 cirugías programadas.
Dentro de un quirófano puede haber hasta cinco pacientes, a los cuales se le suman anestesistas, enfermeras, instrumentistas y médicos, por lo que la cantidad de personas dentro de las salas y las altas temperaturas de diciembre, enero y febrero hicieron imposible llevar a cabo el trabajo normalmente y sin riesgos.
"Los pacientes vienen para una cirugía y encima de que no salen con la cirugía, porque no se las podemos realizar en estas condiciones, salen descompuestos", añadió Murúa.