El referente de la Agrupación Verde y Blanca de la Asociación de Personal de Dirección de Ferrocarriles y Puertos de Argentina (APDFA), Leonardo Salom, compartió un encuentro de reflexión y análisis de la realidad junto al ex presidente de Uruguay José “Pepe” Mujica y la ex senadora Lucía Topolansky.
Junto a un reducido grupo de dirigentes gremiales, como Pablo Flores, secretario General de la Asociación de Empleados Fiscales e Ingresos Públicos (AEFIP) y Juan Carlos Biani, coordinador de Relaciones Institucionales de la Facultad de Medicina de la UBA y secretario General del Frente Metropolitano de Técnicos y Profesionales Peronistas de la UBA, Salom destacó “el inmenso aporte de Mujica y Topolansky en la representación y defensa de los intereses de los trabajadores de nuestra región”.
En su chacra de Montevideo, el ex mandatario uruguayo y su compañera recibieron a los dirigentes argentinos, con quienes compartieron una tarde de charlas y mates en las que dialogaron sobre las necesidades y acciones políticas y gremiales en nuestros países, especialmente en la búsqueda de conformar un auténtico bloque de pensamiento y acción coordinada en nuestra región.
Orgullo
“Es un orgullo poder intercambiar miradas y aprender de la experiencia y sabiduría de ‘Pepe’ y Lucía sobre la militancia gremial y política. Para nosotros, ellos son un faro moral y político ineludible para tener siempre el rol humano y la cercanía de nuestra tarea y aporte social”, destacó Salom tras el encuentro.
Leonardo Salom es el líder de la agrupación Verde y Blanca de la APDFA, que en agosto del año pasado cumplió un año de su fundación. “Hace un año empezamos y teníamos claro que nuestro objetivo no era coyuntural, sino plantear un cambio y una renovación en nuestro gremio. Hoy tenemos delegados de la Verde y Blanca en muchas seccionales, tenemos un proyecto consolidado y crecemos cada día más”, señaló Salom en ese momento.
Reconocimiento
En febrero pasado, en el Paraninfo de la Universidad de la República el ex presidente José Mujica recibió un reconocimiento de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por su contribución al proceso de paz entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Estado colombiano, donde actuó como mediador entre la guerrilla y el gobierno por entonces encabezado por Juan Manuel Santos, que culminó en la firma del tratado de paz el 26 de setiembre de 2016.
“No hicimos otra cosa que lo que teníamos que hacer, porque me siento parte de Colombia, porque es nuestra América, porque pertenecemos a nuestros países, pero tenemos pendiente la tarea histórica de una patria común”, comenzó el ex presidente, y reflexionó que aunque “cueste saltar un siglo” de “afirmación nacional”, es necesario que “las juventudes” tengan “derecho a soñar y a vivir” y para eso “tendrán que estar amparadas por acuerdos continentales, o quedaremos en el montón de los irrelevantes”.