El gobierno aprieta, la gente resiste: un retrato de la realidad que se vive en Argentina bajo el gobierno de Javier Milei. Y la salud no es la excepción. Bajo la consigna de “Vaciar es cerrar”, miles de personas se reunieron frente a la sede del Hospital Bonaparte ubicado en Constitución en abrazo simbólico a los 200 trabajadores que fueron cesanteados el pasado 15 de enero.
Lo drástico de la situación no reside únicamente en la pérdida del empleo directo de los 200 trabajadores y trabajadoras de la institución, quiénes se verán obligados forzosamente a buscar trabajo, sino que es a partir de su labor que se define el futuro de cientos de pacientes: el Bonaparte es modelo y referente en tratamientos de salud mental y adicciones, lo que deja sin cuidado ni resguardo a muchos pacientes que requieren de una atención y presencia cotidiana.
Entre los profesionales que forman parte de la institución se encuentran terapistas, psicólogas, médicas y personal administrativo entre otros equipos interdisciplanrios."El día miércoles a la tarde nos empezaron a llegar las notificaciones para avisarnos que a partir del 15 de enero el ministerio de Salud rescindía nuestra contratación", expresó una trabajadora social despedida del Bonaparte.
Además la profesional contó que durante todo el 2024 la mayoría de los trabajadores del Bonaparte estuvieron bajo una modalidad contractual "muy precaria" con renovaciones trimestrales y advirtió que los compañeros que siguen trabajando en el hospital están trabajando "sin contrato" desde diciembre por lo que pueden correr la misma suerte.
"Van a quedar cientos de pacientes sin equipo completo o parcial por despido de profesionales", alertó por su parte Gabriela, licenciada en psicología de consultorios externos, quien contó que en el hospital reciben más de mil consultas por día.
"Esto es un cierre encubierto. Trabajamos de una manera integral e interdisciplinaria que hoy en día se hace imposible con menos de la mitad del plantel del hospital", agregó la trabajadora.
Voces arriba del escenario
El Bonaparte se destaca dentro del área metropolitana de Buenos Aires por ser el único Hospital con Residencia Interdisciplinaria en Salud Mental. “Si hay algo que tengo en claro, es que somos los pacientes, junto a los profesionales, administrativos y auxiliares y farmacéuticos quienes construimos este espacio. Es el nuestro y nadie nos lo puede venir a quitar. Si alguna de las autoridades del gobierno está escuchando esta carta, le pido encarecidamente que se detenga”, manifestó una de las voces que se subió al escenario, quién también es paciente de la institución.
“Detrás de este recorte estamos los pacientes que estamos desesperados sin saber qué hacer realmente y sin respuesta, con muchísima angustia. Demás está decir, que quienes luchamos contra nuestros padecimientos, esto fue un golpe bajísimo, que muy lejos de ser cuidados, nos dio una paliza que no necesitábamos, entonces esto no es un recorte más, este es el gobierno pegandonos una piña y haciéndonos sentir que no importamos. Este es un Estado que nos expulsa y nos descuida”, concluyó
“Sin referencia en los servicios, no hay residencia, y sin residencia no hay salud pública”, expresó otra de las voces que se subió al escenario, acompañado de un “Nadie sobra en el Bonaparte”.
Adhirieron Secretaría por la Educación Pública, Secretaría de Derechos Humanos, Secretaría por el Centro de Estudiantes de la UNSAM, Centro de Estudiantes de Humanidad y Artes de la Universidad Nacional de Lanús, Centro de Esutdiantes de la Universidad Nacional de Arte, Centro de Estudiantes de de la Universidad de Nacional de Luján, Centro Estudiantil de Liberación Nacional de La Plata, Impulso estudiantes de Psicología UBA, entre otros.
Peligran el control de vacunas y los tratamientos de VIH: alertan por el cierre de dos direcciones clave
A los más de 1400 anunciados esta semana se suma el cierre de dos direcciones indispensables: la Dirección de control de enfermedades inmunoprevenibles (DICEI), que tiene entre sus funciones garantizar el calendario de vacunación y controlar la seguridad de las vacunas y la Dirección de Respuesta al VIH, ITS, Hepatitis virales y Tuberculosis, encargada de garantizar los derechos sexuales y reproductivos de la población.
Si bien desde el Ministerio de Salud aseguraron que no está previsto eliminar esas dependencias pero sí deslizaron que podrían no haber renovaciones de contratos, aunque afirman "no afectan el funcionamiento de las áreas".
Los trabajadores consideran que los puestos de trabajo son la única garantía de seguir garantizando las funciones de ambas direcciones y con ello la salud de la población asistida. Por su parte, el Frente Nacional de VIH, Hepatitis y Tuberculosis también se declaró en alerta y José Di Bello (De Grupo Efecto Positivo GEP) confirmó que están convocando a una asamblea ante este posible desenlace. ATE plantea un plan de lucha.