Nuevamente el ministro Claudio Moroni (Trabajo) quedó en el ojo de la tormenta por el aumento de la conflictividad sindical que expuso el extenso conflicto de los trabajadores del neumático y que fue aprovechado por el dirigente camporista Andrés “Cuervo” Larroque para volver a embestir contra uno de los pocos funcionarios del riñón de Alberto Fernández que aún permanece en el gabinete.
Los altos índices de inflación vienen provocando un aumento en la protesta sindical con paritarias que no alcanzan para cubrir la pérdida de poder adquisitivo. En el caso del SUTNA fue una disputa gremial que se extendió durante seis meses hasta su resolución la semana pasada. Fue en ese marco, en el que Larroque atribuyó a un “déficit de gestión” de Trabajo el prolongado conflicto entre los trabajadores del neumático y los empresarios del sector. Incluso cuestionó al titular de la cartera laboral por no haber adoptado una postura “a favor de los trabajadores”.
Pero nada dijo, por caso, sobre la actitud de Sergio Massa, hoy aliado de Máximo Kirchner, que en el marco del mismo conflicto amenazó con “abrir las importaciones” de cubiertas, lo que para sindicalistas como Alejandro Crespo, fue intento por “quebrar la huelga”.
Está claro que para La Cámpora el ministro de Trabajo es uno “de los funcionarios que no funcionan” como había esbozado Cristina Kirchner a finales de 2020.
Moroni y la defensa de su gestión en la cámara baja
Consciente de la nueva embestida en su contra, Moroni aprovechó su visita a la comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados para dar una elíptica respuesta: “Es difícil recuperar salarios cuando la inflación es tan alta”.
De este modo, el funcionario intentó defenderse: en la cartera laboral aseguran que son récord los convenios colectivos firmados en estos años. Reconocen que el promedio salarial “es bajo” y que esto respondería en parte a la baja calificación de una gran parte de la masa trabajadora. Por eso insisten en la implementación de capacitaciones para jóvenes. “Claudio tomó este nuevo ataque de la misma manera que siempre, trabajando", dijeron, a su turno, cerca del ministro.
Pero detrás de esa estrategia defensiva, persiste una tensión indisimulable. Para el kirchnerismo el funcionario tiene una mirada “pro empresa”. En la CGT no opinan igual: el funcionario cuenta con el respaldo de la mesa chica que hoy rivaliza con el triunviro Pablo Moyano.
El dirigente camionero cultiva una alianza con Máximo Kirchner en el PJ bonaerense y en las últimas semanas ha deslizado críticas hacia el titular de la cartera laboral.
En las CTA tampoco han ahorrado críticas hacia el titular. Durante las rondas paritarias de los estatales nacionales, suelen tener más vínculo con la secretaria de Empleo Público, Ana Castellani. Con todo, admiten que en la última revisión paritaria talló fuerte el “corset fiscal de Economía” que busca disminuir el déficit fiscal.
En este contexto, en el “albertismo” sugieren que el nuevo ataque del kirchnerismo contra Moroni tiene el objetivo de desgastar su figura y, al igual que lo ocurrió con Martín Guzmán, forzar un eventual reemplazo. En el Instituto Patria tienen un viejo anhelo para ocupar el piso 11ª del edificio de avenida Alem: el abogado laboralista Héctor Recalde.