Un increíble caso de fuga de divisas fue descubierto y expuesto por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) en las últimas horas. El organismo denunció por lavado de dinero a tres empresas fantasmas que se valieron de un beneficio impositivo que fue puesto en marcha en el marco de la pandemia de Covid-19 para simular importaciones y fugar 37 millones de dólares.
Según se informó oficialmente, los giros de dinero iban hacia el exterior, específicamente a países como Estados Unidos, China y Hong Kong. Así, el organismo conducido por Carlos Castagneto descubrió que las autoridades de las firmas eran personas de bajos recursos, es decir que no cuentan con la capacidad económica para justificar los 5.000.000.000 de pesos acreditados en las cuentas que luego usaron para adquirir las divisas extranjeras.
Lo llamativo del caso es que una de esas personas es una empleada doméstica que está afiliada a la Obra Social del Personal Auxiliar de Casas Particulares (OSPACP), mientras que la otra persona figura como empleado en relación de dependencia, o sea, personas que no podrían justificar esos ingresos.
Cómo ejecutaron las maniobras
Las empresas en cuestión "nunca fueron dadas de alta en el registro de importador/exportador y tenían movimientos económicos pocos relevantes", señalaron desde la AFIP. Sin embargo, en solo cuatro meses manifestaron un crecimiento exponencial mediante acreditaciones bancarias con fondos que provenían de otras firmas fantasmas, presuntamente de origen ilícito.
La maniobra desbaratada consistía en simular el pago de importaciones de bienes que jamás se adquirieron o de servicios que nunca se prestaron para acceder al mercado oficial de divisas y posteriormente fugarlas del país.
Tras dar cuenta del mecanismo, la AFIP presentó una denuncia por lavado de activos agravado e infracción al régimen cambiario, y las incluyó en la base eApoc de comprobantes apócrifos, por lo que las causas se tramitan en los juzgados en lo Penal Económico N° 1 y N° 9.